[dropcap]C[/dropcap]on maleta en manos, me dispongo a salir de la ciudad a pasar el feriado de Semana Santa en mi rico-pobre pueblo de Cotuí, no sin antes dejarles con algunos sueños que he tenido y que ruego al Todopoderoso se hagan realidad.
1) Soñé con que bajaron los impuestos y que se había eliminado el Anticipo a las micro y pequeñas empresas –Espada de Damocles que pende sobre las ganancias-, de manera que estas no seguirían trillando el camino hacia la quiebra. 2) También soñé con que habían aumentado los salarios y en esa misma medida la demanda de consumo, y que los pobres, ahora de verdad, se habían convertido en menos pobres, y no continuaban siendo la estadística más preciada para los gobiernos y organismos internacionales.
3) Soñé que los panaderos habían desistido de aumentar el precio del Pan, pues se dieron cuenta que su Gasto Tributario, es decir, lo que el Gobierno deja de percibir en impuestos por los subsidios que le da al sector, era un monto nada despreciable; 4) Me despertó una pesadilla con FENATRADO-Blas Peralta, pues creí que había desaparecido el monopolio en el transporte de carga, y los empresarios podían ya contratar al que le ofreciera el servicio más barato y de mejor calidad; 5) Soñé estúpidamente que la política migratoria ya funcionaba, y que los rusos, colombianos, venezolanos y hasta los haitianos, tenían los derechos que los extranjeros tienen en un país ajeno al suyo, es decir, los derechos que diga el país.
5) Cual inquieto sonámbulo, soñé reiteradamente con las encuestas, las que hablan mentiras y las que dicen medias verdades; las que pagan los propios candidatos y las que sirven para crear realidades; las que bromean con Moreno y las que se burlan del Partido Reformista en ausencia de Balaguer; las que enchinchan a Danilo y golpean a Leonel; las que aniquilan a Miguel y resucitan a Hipólito al tiempo que se acomodan con Abinader.
6) Entre sueños voy a vengo y me encuentro con una reunión del Comité Político del PLD. Hace 25 años, ni yo ni los miembros de ese partido hubiera soñado con que hoy estarían dominando el espectro político del país, y que la sociedad se estaría moviendo a su alrededor, esperando esa reunión para tomar decisiones de inversión. En ese mismo sueño, vi a varios vestidos de Reelección, todos sentados sobre la Constitución –cual papel higiénico-, debatiendo sobre lo que harían desde sus respectivos ministerios cuatro años más. Y pensé en el refrán que dice: “estudiando cualquiera pasa”.
Pero existe un Dios todopoderoso, que me despertó y me recordó que ya era tiempo de partir; de decirle adiós a una ciudad atropellante, casi invivible, por momentos paranoica, que crece al igual que las penas de sus ciudadanos, a quienes deseo una Feliz y tranquila Semana Santa, con la esperanza de verles el próximo lunes.