Para aprovechar las “oportunidades” que genera la pandemia del covid-19 en el mercado internacional, países como República Dominicana tendrán que aprender y sacarle provecho a sus vulnerabilidades, establecer regulaciones apropiadas, desarrollar la infraestructura y la conectividad tecnológica necesaria, si desean ser partícipes activos del mercado exportador mundial una vez se restablezcan todas las cadenas de suministro.
Así lo planteó Roberto Azevêdo, director General de la Organización Mundial del Comercio (OMC), durante su participación en la conferencia virtual “Comercio internacional en el nuevo contexto global”, organizado por la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo), en ocasión a su 48 aniversario y al Día Nacional del Exportador.
La actividad estuvo encabezada por el presidente de Adoexpo, Luis Concepción.
Azevêdo aseguró que el mundo después de la pandemia va a ser diferente, por ende, cambiará la forma en que operan las cadenas de suministro. “Compañías y países han encontrado en esta pandemia que a menudo son muy vulnerables y dependientes de ciertos suministros o ciertos proveedores a nivel de compañía, o de países, o a nivel regional incluso, y ese tipo de vulnerabilidades yo creo que van a transformar la manera en que los negocios operan”, sostuvo.
Agregó que “la mayoría va a tratar de diversificar, los suministros van a tratar de encontrar proveedores en diferentes regiones, no solamente una compañía o un país solamente, van a tratar de encontrar áreas diferentes del mundo que puedan complementar”.
“Esto es una oportunidad para países como República Dominicana y otros en Latinoamérica y Centroamérica… que no son tan grandes en la cadena de suministro como la economía asiática. Así que hay una oportunidad de ser un participante en este escenario”.
Sobre las “trabas” no arancelarias de algunas naciones desarrolladas a países en vía de desarrollo, como República Dominicana, recordó que las medidas no arancelarias buscan proveer el mínimo de estándares de protección sanitaria que asegure que el producto que viene fuera de sus fronteras sean consistentes con el nivel de seguridad y protección que las autoridades nacionales han impuesto.
Citó que un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destaca que América Latina y el Caribe están rezagados en su respuesta digital a la crisis generada por el covid-19.
Es decir, dijo Azevêdo, que deben promover la digitalización y crear plataformas para micro, pequeñas y medianas empresas.
En ese sentido, indicó que la OMC, un grupo de 84 miembros, que representan más del 90% del comercio mundial, han estado trabajando para desarrollar más marcos de políticas internacionales predecibles para el comercio electrónico y el comercio digital.
Azevêdo sostuvo que la OMC ha estado monitoreando las medidas comerciales relacionadas con el covid-19, en donde se ha reflejado, dijo, una serie de restricciones comerciales, particularmente restricciones a las exportaciones de alimentos y equipos médicos.
“Pero también hemos visto que muchos casos de gobiernos que reducen las medidas arancelarias y no arancelarias a estos productos, haciéndolos más económicos y más accesibles, mirando hacia el futuro, manteniendo los mercados abiertos y conectados. Esto ayudará a alentar las inversiones necesarias para el crecimiento económico, el desarrollo y la creación de empleos”.
Exhortó a los gobiernos a pensar detenidamente antes de imponer restricciones a la exportación. “La interrupción de las redes de producción establecidas podrían impedir la respuesta del suministro, retrasando la producción de más kits de pruebas (de detección del covid-19), ventiladores u otros productos que se necesitan con urgencia” subrayó, al enfatizar que ningún país es autosuficiente, por lo que un alejamiento del mercado internacional perjudica a todos.
“En la vulnerabilidad encontramos el mensaje que debemos traer; la producción devuelta a nuestros países. Debemos relocalizar, lo que significa volver a traer la producción al país”, puntualizó.