[dropcap]L[/dropcap]as asociaciones de ahorros y préstamos (AAyP) son entidades mutualistas que surgieron mediante la Ley 5897 del año 1962. Operaban bajo la regulación del Banco Nacional de la Vivienda, gozaban de incentivos fiscales y tenían prácticamente de manera exclusiva el negocio de financiamiento de proyectos de viviendas.
Pero con la aprobación de la Ley Monetaria y Financiera 183-02, las AAyP pasaron a ser reguladas por la Superintendencia de Bancos, lo cual las obliga a cumplir una serie de regulaciones similares a las de los bancos como reservas mínimas, índice de solvencia, encaje legal y otras, por lo que se han visto obligadas a usar parte de sus utilidades en esos procesos, ya que no cuentan con accionistas que aporten capital, porque son entidades mutualistas, es decir, que los ahorristas son los socios.
Con esa legislación, los bancos adquirieron la condición de servicios múltiples y de inmediato incursionaron en el mercado de financiamiento de viviendas, restando participación de mercado a las AAyP.
Los resultados se evidencian con el hecho de que en la última década la cantidad de AAyP bajó de 18 a 10 en la actualidad.
En su interés de ampliar su participación en el sector financiero, la Liga Dominicana de Asociaciones de Ahorros y Préstamos (Lidap) solicitó al Banco Central permitirles optar por la posibilidad de convertirse en bancos múltiples, bancos de ahorro y crédito o corporaciones de crédito, amparándose en el Artículo 75 de la Ley 183-02.
En octubre del año 2013 el Banco Central sometió a la Junta Monetaria el proyecto de reglamento tendente a definir el procedimiento mediante el cual las AAyP puedan optar por convertirse en bancos.
De esa forma, las AAyP podrían acceder a otros negocios financieros que se mantienen como exclusividad de los bancos múltiples, entre los que destacan la captación de depósitos a la vista, comercio exterior, operaciones activas y pasivas en moneda extranjera, entre otras que pudieran compensar la competitividad que han perdido, luego de que fueran pasadas a la regulación de la Superintendencia de Bancos, lo cual se agravó cuando se aprobó la Ley 288-04 que les eliminó los incentivos fiscales de que gozaban hasta ese momento.
Obstáculos en el camino
Han pasado 18 meses y todavía la Junta Monetaria no le ha dado salida al reglamento para posibilitar la conversión de las AAyP en bancos de forma opcional, sin que se sepan las razones oficiales de la tardanza.
Sin embargo, fuentes ligadas al sector financiero nacional han dado a conocer de forma extraoficial algunos de los obstáculos que se estarían presentado para dar paso a la normativa de conversión opcional.
Entre las situaciones por definir está la forma en que las asociaciones pasarían de entidades mutualistas, propiedad de todos sus ahorristas, a empresas de accionistas. Las AAyP tienen un patrimonio neto que se ubica en RD$27,221.9 millones, que son propiedad de los ahorristas o socios.
La forma en que se distribuiría ese patrimonio está por definirse mediante su conversión en acciones proporcional al nivel de ahorro de cada socio, con la opción de venderlas a los miembros del Consejo Directivo de esas entidades, quienes podrían pasar a ser los nuevos dueños, de colocarlas en el mercado de valores o de conservarlas si así lo desean.
El Banco Central ha mantenido la firme posición de que el proceso de conversión opcional de las AAyP en bancos debe hacerse garantizando la propiedad de los ahorristas.
Mercado por compartir
Pero la definición de la forma en que los ahorristas recibirán la proporción del patrimonio neto de las 10 asociaciones de ahorros y préstamos no parece ser el principal obstáculo para completar el reglamento.
La situación más delicada es la que se relaciona con las ventajas que obtendrían las AAyP con la conversión, ya que podrán acceder a una importante tajada del mercado financiero que en este momento es controlada totalmente por los bancos de servicios múltiples.
Una parte importante de esa tajada es la posibilidad de realizar operaciones de inversión y de crédito en moneda extranjera. De acuerdo con las estadísticas de la Superintendencia de Bancos, el 26.3% de la cartera de créditos del sector financiero es en moneda extranjera. Las AAyP no participan en esa parte, porque su condición de entidades mutualistas se lo impide.
Con la conversión, los bancos múltiples tendrían que compartir esa importante tajada del pastel del negocio financiero, que a marzo del año pasado tiene activos totales consolidados ascendentes a 1.2 billones de pesos (RD$1 millón 238,433.6 millones). Las AAyP representan el 10.9% del total de activos del sector financiero consolidado y los bancos de servicios múltiples el 86.1%.
Incluso, el año pasado, el sector financiero concedió préstamos por un valor de RD$114,816.3 millones, de los cuales el 37.4% (RD$43,005.1 millones) fueron en moneda extranjera, una proporción en la que las AAyP no tienen participación y a la que podrían acceder cuando se apruebe el reglamento de conversión.
Asociaciones tan grandes como los bancos
Entre 2003 y el 2013 ocho asociaciones de ahorros y préstamos (AAyP) desaparecieron mediante fusión o disolución, por lo que actualmente sólo operan 10 entidades mutualistas.
Las AAyP representan el 10.9% del total de activos del sector financiero consolidado en el país. Incluso, algunas de esas entidades compiten con grandes bancos. Por ejemplo, la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos (APAP) es la quinta entidad financiera más grande del país, superada solo por los bancos de Reservas, Popular, BHD-León y Scotiabank.
En tanto que la Asociación Cibao es la séptima más grande, solo superada por las entidades mencionadas más el Banco del Progreso.
En los últimos años el Banco Central ha ampliado los servicios de las AAyP al permitirles emitir tarjetas de crédito y débito así como créditos de consumo y operaciones de compra y venta de divisas, aunque sin la posibilidad de realizar transacciones en moneda extranjera.