“Acabo de estar en una reunión (online) de 268 alcaldes con el Presidente y la Vicepresidenta electa, y a partir del próximo lunes 17 las medidas para combatir el covid-19 vienen fuertes”, asegura el alcalde de Cotuí, Bienvenido Lazala (Ñeñe), cuya gestión impulsa un toque de queda más estricto en su demarcación para imponer una mayor restricción a la movilidad social que permita frenar un brote de coronavirus.
Lazala anunció que el Ayuntamiento de Cotuí se reunió con las fuerzas vivas del municipio para disponer su cierre parcial y endurecer las medidas restrictivas a la circulación ciudadana y a las actividades económicas impuestas por el Gobierno.
“A partir de este viernes vamos a cerrar a partir de las 2:00 de la tarde y sábado y domingo tendremos un toque de queda de 24 horas. En Sánchez Ramírez todos los días se nos muere una, dos y hasta tres personas del covi-19”, dijo.
Con 1,147 contagios confirmados de covid-19 y 13 personas fallecidas en la provincia Juan Sánchez Ramírez, las autoridades de Cotuí, su municipio cabecera, intentan frenar la expansión del coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad.
Los datos oficiales ofrecidos por el Ministerio de Salud Pública apuntan a que en la provincia del nordeste se procesaron 3,246 pruebas de PCR.
La provincia Sánchez Ramírez tiene una población estimada de 151,978 habitantes, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
La incidencia acumulada de contagio en su población se sitúa en 754.71 casos por cada 100,000 habitantes.
Su positividad en las últimas cuatro semana se situó en 45.71%. El número de recuperados era de 540 para el 12 de agosto.
Lazala descartó que el cabildo vaya a confrontar problemas con el Gobierno por restringir la circulación con el toque de queda que ahora empieza a las 7:00 de la noche en la provincia. Alega que se trata de una situación de emergencia en la que las autoridades municipales tienen que actuar con rapidez para salvar vidas.

Los cabildos se rigen por la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios, del 17 de julio de 2007. Hace unos meses el Gobierno dejó claro que los ayuntamientos carecían de calidad jurídica para controlar los accesos a los municipios.
El pasado 20 de julio el presidente Danilo Medina dictó el Decreto 266-20 que establecía un toque de queda de lunes a viernes entre 7:00 de la noche y 5:00 de la mañana y los sábados y domingos entre 5:00 de la tarde y 5:00 de la mañana para varias demarcaciones, incluyendo a Sánchez Ramírez.
El Decreto 298-20 extendió la medida por 25 días, a partir del 9 de agosto, revisable por las nuevas autoridades que tomarán posesión el día 16.
[Decreto 298-20] Presidente Danilo Medina extiende el toque de queda en todo el territorio nacional por 25 días a partir del 9 de agosto de 2020, revisable por las nuevas autoridades que tomarán posesión el 16 de agosto de 2020. pic.twitter.com/JB04y6AbmZ
— Rodríguez-Marchena (@RodrigMarchena) August 8, 2020
“Cotuí está en una situación sumamente caótica. Todos los días mueren dos o tres personas”, insiste Lazala, al citar varios amigos y conocidos fallecidos en los últimos días.
“Aquí no hay una cama vacía (para covid-19) y hay que salir a buscar una cama en el país a ver si aparecen porque el hospital que se cogió para covid-19 `no cabe un mandado’”.
“Tú te paras en el parque de Esperanza a las 7:00 de la noche y hay gente bebiendo ahí como si no pasara nada, o en la cancha del sector Minero se juntan 40 como si nada. También en las tiendas de licores y colmadones y esto hay que pararlo con un toque de queda de 24 horas los fines de semana por 15 días”.
“Aquí no se están haciendo pruebas (de PCR) porque no hay, pero si se toma a cien gente al azar, hay 90 infectados”, dice Lazala, quien ya tuvo a uno de sus cuatro hijos y a su esposa afectados por el coronavirus.
Los jóvenes rebeldes y sin control
“Ya no tenemos tantos problemas con los pacientes ingresado, el tema es la circulación del virus en la población. La mayoría de contagiados son jóvenes, muchos asintomáticos que pueden pasar el covid-19 con un simple dolor de garganta o con la pérdida del olfato o el gusto, pero contagiando a más personas de su entorno”, explica Mayra Bidó, directora provincial de Salud en Juan Sánchez Ramírez.
Bidó señala que el hospital provincial Inmaculada Concepción tiene 43 camas destinadas a pacientes con coronavirus, de las cuales 28 estaban ocupadas este jueves.
La clínica Guadalupe suma 20 camas, de las que tenía ocupadas 14 y la Jacobo tenía diez con un cien por ciento de ocupación.
El centro sanitario de Fantino dispone de 7 camas, para un total de 80 en toda la provincia, la cual solo dispone de seis ventiladores mecánicos para pacientes en unidades de cuidados intensivos, cuatro en el hospital y dos en la clínica Jacabo.
Bidó explica que la cifra de fallecidos supera a la reportada hasta el momento. Indica que recomendó al alcalde Lazala y a los funcionarios municipales que cierren la funeraria de Cotuí, las galleras, los centros de bebidas alcohólicas y que desmonten los aros de las canchas para evitar que los jóvenes sigan jugando baloncesto.

“Cuando meten un muerto a la funeraria municipal o lo llevan a un cuarto frío, quienes tienen que desinfectar son los trabajadores de Salud Pública y ya tenemos dos fallecidos en la Dirección Provincial”, dice la cardióloga e internista, al tiempo que se queja de que, pese a ello, esta semana se realizó el velatorio.
“Los jóvenes siguen jugando baloncesto en las canchas, escupiéndose uno a otro e intercambiando sudor como si aquí no estuviera sucediendo nada”, se queja.
En la provincia se reportaron 15 embarazadas contagiadas por covid-19 hasta el momento. Bidó entiende que el número de afectados aumentará porque este jueves mandó 300 muestras al Laboratorio Nacional Doctor Defilló, a donde se envían dos veces a la semana.
Lentitud en las pruebas
La población se viene quejando de la falta de espacio para atender a los enfermos mientras la experiencia de algunos ciudadanos apuntan a la desesperación, como cuenta Digna Rodríguez Acosta, de 60 años de edad, para quien la situación en Cotuí “es crítica, muy crítica”.
“Yo, de manera personal, le puedo contar que en el hospital Inmaculada Concepción ingresan los pacientes, llegan las pruebas y va mucha gente de la calle, que también tenemos derecho, pero el que está interno está en peor condición, y a los pacientes ingresados les da muchísimo trabajo acceder a la prueba (PCR)”, dijo.
“Toman la muestra y duran 15 días almacenadas en una nevera y luego las llevan a un laboratorio”, aseguró.
“En mi caso particular, cuando fui al Laboratorio Referencia me dijeron que había 500 pacientes delante de mí y que en tres semanas pasarían por mi casa a tomarme la muestra. Hace tiempo que pasaron esas tres semanas y ni me han llamado”, se queja.
“Fui al hospital público, me tomaron la muestra el día 6, específicamente. Hoy estamos a 13 y todavía no me han dado respuesta”, añade.
Sostiene que en Cotuí “está muriendo mucha gente”. “Mucha gente, mucha gente está diciendo: ´yo tengo los síntomas´”.
Rodríguez Acosta, quien preside la Junta de Vecinos de Vista del Valle, explica que padeció mucho dolor de cabeza, en los ojos, en el pecho, en el vientre, las articulaciones y los músculos, así como diarrea, tos seca y resequedad en la garganta. También, pérdida de de los sentidos del olfato y el gusto. “Sentía un malestar general, me dio mucho escalofrio, si me arropaba me daba calor y si me desarropaba me daba frío”.
Mientras espera la confirmación clínica del coronavirus, que nunca llega, mejoró apoyada en la “tizana de la abuela” y con los medicamentos que le recetó un amigo médico.
“Pero en Salud Pública de aquí no había medicamentos, porque estuve compartiendo con algunos familiares de enfermos que estaban preocupados porque no podían ver a sus pacientes de cerca y no los estaban medicando hasta el sábado pasado que fue cuando llegaron los medicamentos”.