[dropcap]H[/dropcap]ay sardinas, o lo que sea que esté dentro de las latas, que le faltan el respeto a los consumidores, quienes por lo regular no leen ni las etiquetas.
Y lo peor de todo es que aparentemente hay una falta de seguimiento de las autoridades de Salud Pública, Indocal y Proconsumidor, así como de ProCompetencia. Como dicen por ahí: “Esto está manga por hombro”.
Fui al supermercado la semana pasada y al pasar por donde están los enlatados veo algo que me llamó la atención. Vi una famosa marca de sardinas en salsa de tomate que, además de la presentación tradicional, me ofreció una “especial para locrio”.
Me pongo a observar las etiquetas, diseño, tipografía, datos nutricionales, fecha de expiración, color, ingredientes y hasta el sello que dice que está autorizada por Sociedad Dominicana de Cardiología, con el fin de hallar alguna diferencia entre los dos productos.
Me llevo cuatro latas a la casa (dos y dos) para averiguar dentro si hay algo que las diferencien. La curiosidad me obligó a abrirlas inmediatamente pongo la funda sobre la mesa de la cocina.
Para mi sorpresa, aunque lo sospechaba, la única diferencia en estas dos presentaciones es la palabra “locrio” y plato del mismo locrio en las etiquetas, lo que me dice que esto no es más que una estrategia mercadológica para atrapar a los dominicanos que nos gusta el arroz mezclado con diferentes tipos de carnes, incluyendo el pescado enlatado o sardinas, que aquí le llamamos pica-pica.
Este hecho parece simple, pero nos dice en manos de quienes estamos los consumidores, pues se nota que hay autoridades que no justifican su salario, en este caso cuidando el bolsillo y la salud de los dominicanos.
Tenemos entidades en el Estado que deberían ponerle caso a estos productos que sólo engañan al indefenso consumidor que, muchas veces bañado de ignorancia, compran y comen lo que sea para ahorrarse un par de pesos.