La loable iniciativa de Supermercados Nacional que es objeto de este artículo pone en relieve la importancia de acercar más nuestro Sistema Dominicano para la Calidad (Sidocal) a las empresas para que sus productos y procesos cumplan las especificaciones predeterminadas en normas y reglamentos técnicos.
Debemos destacar que el programa apoyado por Supermercados Nacional respalda en definitiva la idea de la calidad de manera sistémica, es decir, a lo largo de toda la cadena de valor de la industria porcina (aunque solo sea por el elemento de trazabilidad alimentaria presente). Ya sea utilizando los servicios técnicos de terceros o recurriendo a las herramientas de trabajo del Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal), como son normalización, metrología, ensayos, certificación y acreditación, vemos el programa de “Criollo de Origen Nacional” como ejemplo de acertado lineamiento estratégico para cualquier Plan Estratégico de Desarrollo Industrial.
A lo largo del último decenio el sector porcino fue conociendo gradualmente y prácticamente en soledad y en medio de muchas vicisitudes de mercado un proceso de reestructuración con adelantos significativos en sus niveles de asociatividad. Todos somos conscientes que la ausencia de un direccionamiento estratégico formal impulsado desde el gobierno y respaldado por el sector empresarial, además del avasallante empuje de la globalización y de los tratados de libre comercio como uno de sus instrumentos más eficaces, hicieron difícil que este importante sector cárnico lograra lo que debería haber sido su meta principal hace tres decenios: autoabastecer la demanda de la industria local de carne porcina fresca, de la industria de los embutidos y de mercados de exportación estratégicamente seleccionados.
Como sucede con el sector lácteo, al que hemos dedicado algunas reflexiones desde esta columna, para lograr esas metas se hace imprescindible alcanzar la competitividad sistémica del subsector mediante la organización y articulación de todos los actores que participan en la cadena de valor que implica.
Se trata de superar el modelo de producción vertical en cuyo marco unos contados productores invierten en genética, infraestructuras, aseguramiento de la trazabilidad, buenas prácticas de producción e higiene, cumplimiento de estándares y certificaciones. De lo que se trata ahora es de lograr la participación de un mayor número de actores especializados para facilitar la firma de contratos entre actores nacionales, así como el incremento de la productividad global del subsector. Solo por ese camino estaríamos contribuyendo a la expansión de la oferta e incorporación efectiva de los más débiles de la cadena. También a la sustitución de importaciones de carne de cerdo fresca y potenciación de las exportaciones de un producto con mayor valor agregado nacional a nuevos mercados.
Las tareas pendientes son muchas, sin intención alguna de minimizar los méritos de la loable iniciativa de Supermercados Nacional junto a un grupo de productores organizados. En efecto, es necesario expandir y sanear la producción de pequeños y medianos criaderos bajo unos estándares sanitarios y de productividad únicos; documentar y mejorar los procesos productivos clave en la etapa primaria apuntando a la diversificación de la oferta de derivados porcinos a una escala verdaderamente nacional; universalizar las buenas prácticas regionales e internacionales de producción, higiene y garantía de inocuidad; alcanzar un conocimiento cabal y completo de la geografía de la producción primaria, de los establecimientos existentes y de las particularidades distintivas de la dinámica de la cadena de valor; último, sellar una alianza estratégica con el Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal) y desarrollar esfuerzos conjuntos para lograr el reconocimiento por lo menos a nivel regional de los servicios técnicos que a estas alturas debería estar ofreciendo al sector productivo nacional.
El acuerdo de los productores, procesadores y comercializadores porcinos con una empresa del prestigio de Supermercados Nacional es un paso delante de un enorme significado productivo. Debemos seguir avanzando. Haría falta la formulación del Plan Estratégico de Desarrollo del Subsector Porcino, en calidad de visión integral de su desarrollo en el mediano plazo.
Obviamente, este plan tendría el enfoque moderno de cadena de valor, abarcando por los menos, como ejes nodales, el desarrollo productivo, la agregación de valor y conservación del mercado nacional, lo mismo que el desarrollo exportador que contemple la regionalización (aglomeraciones productivas regionales o clústeres) e incorporación -en la etapa madura- a las grandes cadenas globales de valor.
En todo el desarrollo de esta iniciativa aparecerá a cada momento la necesidad de la participación activa del Indocal, especialmente en el eje que tiene que ver con la agregación de valor, el cual incluye mejora de procesos, estandarización, mediciones, certificaciones, innovación y desarrollo tecnológico.