Como una especie de rendición de cuentas, el primer Mandatario, Luis Abinader Corona se dirigió al país, esta vez, con una novedosa alternativa, un diálogo ciudadano con 100 personas, en la que pasó balance a sus primeros tres meses de gobierno. Es imposible, poder evaluar un Gobierno con una gestión de 90 días, pero si es posible ver las líneas de acción o las tendencias que marcarán la gestión de gobierno.
La puesta en escena pareció romper con la tradición gubernamental del discurso formal a la nación, tal vez buscando una especie recurso que les permitiera innovar y a la vez cautivar a la audiencia, sobre todo porque en los escenarios anteriores de alocuciones muy seguidas, se observaba a un gobierno novel insistiendo en explotar la figura presidencial para casi todos los temas que bien se pueden manejar con una gestión comunicacional, sin tener que recurrir a la figura presidencial que siempre se preserva para aquellos temas de gran transcendencia.
En el diálogo, que a veces parecía una conferencia, incluso se notaba que el presidente leía, se permitieron preguntas de ciudadanos, cuidadosamente escogidos, como invitados para una fiesta, con tal de que no dañaran el tono ni el momento festivo. Las preguntas, obviamente, formaban parte de un guion con los principales temas que marcan la agenda de la actual administración. La pandemia del covid-19, la recuperación de la economía, la educación, la corrupción administrativa, la violencia contra la mujer, el turismo, el empleo, entre otros temas.
Para el presidente Luis Abinader dejar marcado los mensajes se centró en destacar sus principales logros, citando entre ellos, “tener la pandemia del covid-19 controlada”, con una inversión de RD$2,600 millones en medicamentos, insumos y equipos sanitarios, así como la contratación de médicos. En cuanto al aspecto económico, el primer mandatario señaló que se concentró en salvar al turismo, que pronto se lograra tener los empleos en el sector turismo al momento en que estaban pre-covid-19, así como medidas que garanticen la estabilidad macroeconómica y el control de la pandemia en el país, con lo cual lograron que “el 80 por ciento de los trabajadores que habían quedado sin trabajo, como consecuencia de la crisis sanitaria, pudieran ser recolocados, reduciéndose de un millón a sólo 200 mil”.
También resaltó el aumento de las reservas internacionales brutas en un 58%, a lo cual indicó que en julio “el país contaba con unos US$6,689 millones de dólares en reservas, mientras que al mes de septiembre alcanzamos los US$10,552 millones dólares”. En ese mismo sentido, el presidente Abinader, reveló que, a través de la reducción de los gastos de representación y la eliminación de las nominillas en todos los organismos del Estado, “se ha logrado un verdadero saneamiento que podría alcanzar un monto superior a los 16 mil millones de pesos en ahorros” y que consiguió reducir el déficit en los ingresos del Estado en RD$19,000 millones.
El mandatario resaltó los esfuerzos para salvar el año escolar con el modelo de educación a distancia, implementado por el Ministerio de Educación, así como también dijo que se ha iniciado una política de Estado para eliminar la violencia contra la mujer, con la instalación de nuevas casas de acogidas y que las víctimas afectadas que estén en condiciones de vulnerabilidad puedan recibir un ingreso de 10 mil pesos al mes a través de los programas sociales del Gobierno. También se refirió al cumplimiento de su promesa de un ministerio publico independiente.
Este apretado balance presentado muestra a un presidente que aprovecha el beneficio de la confianza expresada en las urnas con ejecutorias, muchas de las cuales están aún en desarrollo, pero no se puede evaluar en su justa dimensión el éxito o no de un gobierno, sobre todo en la gestión de temas tan vitales como la crisis económica y la grave pandemia de salud que es el Coronavirus.
Ahora bien, el reto duro que tiene por delante es conseguir una vigorosa recuperación económica, para lo cual todavía nos falta por ver muchas iniciativas o planes concretos para conseguir la recuperación de los empleos, el restablecimiento del tejido empresarial, sobre todo con las micro, pequeñas y medianas empresas que sustentan grandemente nuestra economía.
Y qué decir del turismo, cuya recuperación depende mucho de factores externos, sobre todo países emisores de turistas que nuevamente están pasando por una ola expansiva de la pandemia.
Muchas veces uno observa a una administración concentrada en hacer muchos anuncios, prácticamente dos y tres en una sola semana, de iniciativas o proyectos que pueden tardar tiempo en dar resultados. Tal vez sea más interesante, desplegar mayores esfuerzos en los temas de fondo que requieren entrega y mucho esfuerzo para dar resultados que beneficien a todos en el corto, mediano y largo plazo, como por ejemplo la gestión presupuestaria gubernamental y su financiamiento, reformas de fondo como la reforma fiscal y las políticas públicas que harán crecer al sector productivo nacional, así como la reducción del déficit del sector eléctrico que tanto impacta las finanzas públicas. Esperamos que discurra el gobierno para ir evaluando el impacto de medidas y acciones que en el largo plazo se puede tener una mejor visión de una gestión de gobierno.