La deuda pública consolidada (DPC) alcanzó los US$51,945.3 millones a septiembre de 2020, registrando un crecimiento absoluto de US$8,207.2 millones (un 18.76%), en comparación con el mismo mes de 2019 cuando la cifra totalizó US$43,738.1 millones, según datos del Ministerio de Hacienda.
El monto equivale al 66% del producto interno bruto (PIB), lo cual indica que, en comparación con septiembre de 2019 cuando la relación era de un 49.2%, registró un incremento de un 16.8 puntos porcentuales.
A septiembre de 2020 la deuda pública externa consolidada representó el 57.61%, con US$29,929.3 millones. Mientras, la deuda pública interna consolidada, con US$22,016.0 millones, representó 42.38% del PIB.
La deuda del sector público no financiero (SPNF) registró un incremento de un 25.89%, unos US$8,863.3 millones, al pasar de US$34,227.8 millones en septiembre de 2019 a US$43,091.1 millones a igual mes de 2020 (54.8% del PIB).
Sin embargo, la deuda del sector público financiero experimentó una disminución absoluta de US$940.1 millones (un -8.45%), al pasar de US$12,064.4 millones en septiembre de 2019 a US$11,124.3 millones en el mismo período de 2020 (14.1% del PIB).
Para el consultor experto en mercados capitales de CIEF Consulting y Ceo de Yunque Capital, Alerso Pimentel, se necesita mejorar la capacidad de pago, ya que, si existe un superávit primario, se tiene más holgura para hacer frente a las obligaciones y también se puede reducir el ritmo de endeudamiento que se ha ido produciendo con el tiempo.
Durante su participación en el webinar “Problemas estructurales y oportunidades en el mercado de deuda pública dominicano”, Pimentel afirmó que se debe trabajar en la composición de la deuda por moneda y el costo del financiamiento.
“La composición de la deuda por moneda es porque, aun cuando exista un superávit primario, si no corrigen algunos elementos estructurales o se puede tener un impacto en la devaluación, puede que no se tenga el resultado esperado, lo cual representa una de las problemáticas principales de la deuda pública”, señaló.
Según Pimentel, el costo del financiamiento se da por dos impulsores en el crecimiento de la deuda que son: el incremento en el endeudamiento neto o por el costo de financiamiento. Añadió que cuando existe un déficit fiscal, eso se traduce en un capital adeudado debido al pago de los intereses.
El experto aseguró que cualquier estrategia de gestión de deuda debe estar condicionada a financiar las necesidades presupuestales de cada vigencia, minimizar el costo a mediano plazo sujeto a niveles tolerables de riesgos y desarrollar y profundizar el mercado de capitales domésticos, dándole un enfoque de mercado a la gestión de la deuda.
Entiende que lo realmente preocupante es que no se incorporen en lo adelante las soluciones a ciertos problemas estructurales en el funcionamiento del mercado y la gestión de la deuda, ya que puede ser un fulminante en un mediano y largo plazo para la economía dominicana.
Al ver la composición de la deuda del Gobierno central, se destaca que hubo una concentración en la denominación de dólares estadounidenses, con un 69% y un 28% en deuda en pesos. Las fuentes de financiamiento externas predominan con un 72% sobre un 27% de fuentes internas.
Perfil de la deuda pública
En cuanto al perfil de vencimiento de la deuda, se evidencia una ausencia de una alineación a un plan de endeudamiento o de las colocaciones con una estrategia de gestión a mediano plazo.
“Lo ideal es que en la estructura y la forma de los vencimientos se pueda dar liquidez y crear referencias o nodos de una curva gubernamental y para eso se deben elegir ciertos nodos, los cuales se van a abrir en un momento dado, que usualmente se hace en un plazo mayor y posteriormente se debe ir reaperturando esas emisiones o series, dándole más profundidad”, especificó.
Especificó que, con esas medidas, lo que se estila es que de cinco a diez años el perfil de vencimiento sea mayor que los años posteriores, porque son series que se van a seguir abriendo en un futuro por parte del Banco Central y el Ministerio de Hacienda.
Pimentel resaltó que una estrategia de re-perfilamiento de la deuda debe ser una prioridad a nivel de manejo de pasivos en el mercado doméstico, ya que traería grandes beneficios tanto a nivel de organización del mercado, como en las ramificaciones en el mercado secundario.
“Esas estrategias de manejo de pasivos deben estar alineadas con la planificación integral de la gestión de la deuda consolidada del Banco Central”, dijo.
El experto entiende que una reorganización del mercado junto con la estrategia de manejo de pasivos permite tomar todos los vencimientos de la deuda que están en el corto plazo e intercambiarlo por plazos más largos, representa una oportunidad tanto en la curva en pesos como en dólares, pudiendo obtener un ahorro importante en el pago de intereses.
Implementación
El consultor experto en mercados capitales de CIEF Consulting, Alerso Pimentel, aseguró que los efectos esperados de las medidas a implementar ofrecen beneficios inmensurables desde el punto de vista económico, fiscal y monetario.
Dentro de esas medidas está la reducción del costo del financiamiento y servicio de la deuda, rebalanceo gradual y favorable en la composición de la deuda por monedas y un mayor apetito por deuda doméstica y reducción de prima de riesgo.
Además, se debe hacer una reducción en el costo de capital en posición patrimonial del Estado, impulsar el nacimiento de nuevos instrumentos de deuda, capital e interés por otra clase de activos.