[dropcap]E[/dropcap]l proceso de acercamiento iniciado entre los gobiernos de Estados Unidos y de la República de Cuba se traduce en la realización de un deseo que durante décadas habían expresado la mayoría de los Estados de América Latina y hasta una buena parte del resto del mundo.
Estados Unidos ha reconocido que las décadas de bloqueo total contra Cuba no han dado el resultado esperado, que era el de poner fin a la revolución cubana iniciada por Fidel Castro el 31 de diciembre de 1959 cuando hizo salir del poder al dictador de derecha Fulgencio Batista y asumió el poder desde entonces, siendo sustituido parcialmente por su hermano Raúl Castro, quien preside a Cuba en la actualidad.
Este 20 de julio ambas naciones formalizarán relaciones diplomáticas con la apertura de sus respectivas embajadas, a lo que ha de seguir próximamente el fin del bloqueo y la apertura de las relaciones totales diplomáticas, económicas, educativas, culturales y de cooperación, entre otras.
Pero además de celebrar ese importante proceso de fortalecimiento de relaciones internacionales en América, República Dominicana también debe iniciar un proceso de evaluación a futuro sobre el impacto que ha de tener aquí el hecho de que Estados Unidos y Cuba restablezcan relaciones. Hay que comenzar a ver a Cuba como un potencial y potente competidor.
No hay que olvidar que si República Dominicana es el mayor exportador mundial de cigarros, se debe a que Estados Unidos bloqueó los habanos cubanos. Tampoco se debe olvidar que medidas adoptadas por Estados Unidos, como aquella Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) fueron más beneficiosas para República Dominicana, precisamente porque Cuba estaba excluida de las facilidades comerciales que ofrecía Estados Unidos para la región mediante ese esquema de comercio internacional.
Tampoco se puede olvidar que si bien República Dominicana es una potencia turística en la región del Caribe, se debe a que el 60% de los más de cinco millones de turistas que visitan este país son norteamericanos, precisamente los que durante décadas estuvieron impedidos de visitar las playas y otros atractivos de Cuba, lo que ya pueden hacer con libertad gracias a este proceso de apertura.
Tampoco se debe olvidar que fue por el bloqueo que Cuba no entró a formar parte del Tratado de Libre Comercio de Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-Cafta), pero que con la apertura entre esas dos naciones, es posible que la isla más grande del Caribe entre a ese pacto comercial.
Como las mencionadas hay muchas otras iniciativas que Estados Unidos implementó en la región del Caribe con la intención de beneficiar a otras naciones y excluir a Cuba, a los fines de que esa nación se sintiera presionada y afectada por no poder participar en los negocios regionales del país más poderoso del mundo.
A todo lo anterior hay que agregar otras ventajas que Cuba le lleva a República Dominicana y que a este país le tomaría décadas para igualarse a sus parámetros: la educación y la salud.
Cuba es un país totalmente alfabetizado, con una extraordinaria proporción de ciudadanos profesionales en distintas ramas productivas.
En cuanto a la salud, Cuba exhibe los mejores estándares de desarrollo de sanidad de su población, con reducidos o nulos niveles de mortalidad materna, mortalidad infantil, enfermedades contagiosas, desnutrición y otros aspectos vinculados a la vida sana.
Otra ventaja que Cuba le lleva a República Dominicana es que se trata de una isla controlada por un solo Estado, que no tiene el costoso peso de compartir territorio con la nación más pobre del continente: Haití. El costo económico y social que representa Haití para República Dominicana es un problema que le resta competitividad frente a una Cuba libre.
Sin embargo, no es preciso deprimirse, sino más bien identificar las fortalezas que tiene República Dominicana y aprovecharlas para evitar que el flujo de inversión extranjera, de turistas, de producción y otros aspectos se desplace hacia Cuba en detrimento nuestro.
República Dominicana cuenta con infraestructuras de transporte terrestre, aéreo y marítimo que a Cuba le tomará muchos años igualar. Además, este país tiene recursos humanos altamente calificados en actividades económicas sobre las que Cuba comenzará a incursionar. Lo ideal ahora es comenzar con tiempo a analizar y planear para prepararnos a enfrentar a un nuevo y gran competidor en la región: Cuba.