Es cierto que en los últimos años hemos visto avances importantes en el mercado bursátil dominicano. Los dominicanos podemos formar una cartera de inversión a través de instrumentos de renta fija. Dicho esto, todavía hay camino por recorrer en términos de instrumentos de inversión. Es esencial desarrollar el mercado de renta variable de forma que tanto las personas físicas como jurídicas puedan diversificar aún más sus portafolios de inversión.
El mercado de renta variable es un componente clave para el correcto funcionamiento de cualquier economía. Dicho mercado juega un papel importante en el desarrollo tanto del sector manufacturero como el de servicios. Una de las operaciones más importantes en la vida de cualquier empresa es la obtención de financiación. Es importante que las compañías cuenten con diferentes opciones de financiación para poder realizar inversiones y crear empleo. Las empresas Dominicanas podrían financiarse a través de ofertas públicas de venta (IPO, por sus siglas en inglés) y recaudar capital a muy corto plazo. Y no solo me refiero a las grandes empresas, sino también a las pymes, que constituyen el mayor tejido empresarial del país.
El segundo objetivo fundamental del mercado de renta variable es la creación de una fuente de ingreso adicional tanto para personas físicas como jurídicas. El inversionista puede percibir ingresos a través de pagos periódicos de dividendos o logrando una plusvalía por la venta de las acciones. El mercado de renta variable provee liquidez a los inversionistas de forma inmediata. No todos los mercados son tan líquidos, como es el caso del mercado inmobiliario. Muchos países latinoamericanos cuentan con un mercado bursátil desarrollado. Algunos de los principales índices bursátiles de la región son el Merval (Argentina), IPC México, IGBC (Colombia), Bovespa Sao Paulo, y el Lima Indice General, entre otros.
El mercado de renta variable es un indicador clave sobre el desempeño de la economía. Las empresas más exitosas tienen fácil acceso al mercado bursátil, por ende, invierten en el desarrollo de nuevos productos y servicios. Cuando el público adquiere estos productos pues se genera ingresos por distintas vías. Los mayoristas comercializarán los productos fabricados por las compañías que cotizan en bolsa. El gobierno también se beneficiaría a través de la recaudación de impuestos indirectos. Los inversionistas tendrían una fuente adicional de ingresos para consumir bienes y servicios. El mercado de renta variable permite que empresas de capital abierto repitan este ciclo una y otra vez.
Algunos de los productos que se comercializan en el mercado de renta variable son los ETFs (Exchange-Traded Funds), Futuros, y Opciones, entre otros. Los ETFs son fondos de inversión que replican a un índice específico del mercado (cesta de valores) y su operativa es igual al de las acciones. Los Futuros son contratos negociados que obligan a las partes a comprar o vender un número de activos en una fecha futura a un precio predefinido. Una Opción es un instrumento financiero derivado, pactado entre dos partes, por el cual una de ellas adquiere sobre la otra el derecho (no la obligación) de comprarle o de venderle una cantidad determinada de un activo a un precio y a un plazo predeterminado.
En conclusión, el desarrollo del mercado de renta variable en nuestro país fomentaría tanto la inversión extranjera (generación de divisas) como la local, por ende, contribuyendo al crecimiento económico y a la creación de empleo.