Sin temor a equivocarme, una de las experiencias más desagradables es perder el trabajo. Vivimos en un entorno laboral cada día más exigente y estresante. La estabilidad laboral es hoy una utopía. Cada vez es más frecuente la quiebra o cierre de empresas, fusiones entre corporaciones, reducciones de personal para reducir costos y menor tolerancia al no logro de objetivos de negocios. El tema de la pandemia ha venido a ahondar más esta situación. Muchas empresas han tenido que reducir personal por la ralentización de las actividades económicas.
En vista de lo anterior, el famoso inversor norteamericano Warren Buffet, siempre ha aconsejado tener más de una fuente de ingresos. Esto es así, porque un único ingreso no es el mejor referente para tomar decisiones financieras, ya que nos hace vulnerables al riesgo de liquidez. El riesgo de liquidez es la probabilidad de que una unidad productiva pueda quedarse ilíquida ante fluctuaciones del ingreso o de los egresos.
Por eso, es recomendable tomar medidas preventivas por si perdemos el empleo. Lo primero es cubrir nuestro riesgo de liquidez. ¿Cómo?: establezca un plan y una meta de ahorro, por lo menos para cubrir tres meses de su sueldo. Por ejemplo, su usted gana RD$30,000.00 mensuales, inicie un plan de ahorros de mínimo RD$90,000.00, que le servirá para aguantar por lo menos tres meses si se queda sin trabajo.
Si ya lamentablemente ha sido cancelado, no se amilane ni caiga en la depresión. No se le ocurra maldecir públicamente o hablar mal de su antiguo patrón. Hay personas que con la frustración se les nubla la razón y cometen la imprudencia de acabar con su antiguo jefe, incluso en las redes sociales. Esto obviamente no es una buena idea, por más frustrado que se sienta, mantenga un bajo perfil y una relación cordial con sus ex patrones, pues esto será clave en la obtención de buenas referencias para otros empleos.
Luego del despido o desahucio, debe sentarse con calma a analizar su patrimonio. ¿Qué activos poseo? y ¿dónde están esos activos? Activos son el efectivo, cuentas de ahorros, certificados financieros, aportaciones en cooperativas, mercancías, cuentas por cobrar, vehículos, muebles, maquinarias, etc.., y comprobar luego el nivel de pasivos (deudas), por tanto Activos – Pasivos = Su Patrimonio.
Después debe establecer un plan de reducción de gastos: eliminar el gimnasio, suscripciones y todos aquellos gastos superfluos. Reducir las salidas, racionar el uso del vehículo (caminar), buscar un plan alterno del celular, racionar los alimentos (no desperdiciar), lave y planche su ropa (adiós al servicio), ojo con la educación de sus hijos si los tiene, ver opciones menos costosas. Si está haciendo un postgrado, contemple pararlo temporalmente.
No sea orgulloso, trate de aprovechar los descuentos y promociones que ofrecen los supermercados que en realidad le otorguen capacidad de ahorro. Investigue por cupones de descuentos y adquiera artículos no perecederos.
También invierta tiempo en actualizar su currículum vitae, sepa venderse. Si tiene un talento, considere un proyecto de negocios. Fórmese, lea y manténgase actualizado.
Pida ayuda a su comunidad. Hay gente que le quiere y le aprecia, que seguro estará en la disposición de ayudarle. Muchos amigos y familiares pueden darte consejos, apoyo y estar siempre a la expectativa de potenciales oportunidades para ti. No tenga vergüenza a aceptar ayudas.
Algo muy importante en esta situación es mantener informados a sus acreedores de su nueva situación, ya que seguramente no podrá seguir honrando sus compromisos financieros de la misma manera que antes. Intente pues renegociar o buscar mejores condiciones para que las deudas no se conviertan en una tortura.
Utilice las redes sociales a su favor. En la red existen miles de bolsas de trabajo y empresas virtuales de empleo. Envíe su CV vía correo a empresas donde desee trabajar. Manténgase en contacto con el departamento de egresos de su universidad, asociaciones de antiguos alumnos, etc. Mande correos electrónicos a su entorno, amigos, excompañeros del trabajo, exjefes, tu comunidad debe enterarse que estás disponible. Recurra al Twitter, Facebook, Instagram y sobre todo LinkedIn para promocionarse.
Finalmente, no pierda la fe, si lo requiere busque ayuda profesional y sobre todo nunca olvide su parte espiritual, ore, tenga una buena comunicación con el Señor.
Aprender de las malas experiencias te ayudará a crecer en lo personal y lo profesional. Por eso, si eres despedido, sólo procura aprender de ese mal trago para salir adelante