Hablando en términos económicos, cuando un país tiene una tasa de interés baja, es el peor momento para ahorrar, y es que precisamente la idea es hacer que los consumidores gasten y que las empresas inviertan para estimular el crecimiento económico.
Tras ocurrir la crisis financiera del 2008, muchos de los países afectados transportaron sus tasas a mínimos históricos inaugurando una era de “dinero regalado” en las economías desarrolladas, incluso llegando a contar con tasas de interés negativo. El primer país en adoptar esta estrategia, un tanto no convencional fue Dinamarca (2012), luego le siguieron países como Suiza, Suecia y Japón.
Ahora, con la peor crisis económica global de las últimas décadas producto de la pandemia del covid-19, los tipos de interés bordean el 0% en Estados Unidos y Europa. Para citar algunos de los países de nuestra región, en Chile ronda el 1.75%; República Dominicana, 3%; México, 4%; Colombia, 4.25%; Ecuador, 8.82%. Situación muy diferente a la que ocurre en Japón, quien aún en medio de esta pandemia, desde hace cinco años, mantiene sus tipos de interés bajo cero, específicamente una tasa del -0.1%.
Este enfoque de tasas negativas en Japón forma parte de la estrategia las “tres flechas”, la cual se basa en lo siguiente: Un aumento del gasto fiscal; Reformas Estructurales; Una política monetaria expansiva con el objetivo de dejar atrás años de estancamiento económico. A pesar de que esta política monetaria ha sido poco tradicional le ha resultado favorable a Japón, en razón a que, pese a las dificultades como la pandemia, o bien una población envejeciente que no puede trabajar, han mantenido un ritmo de crecimiento en su economía nacional, moderado y constante.
Expertos en la materia como el Sr. Paul Sheard (Investigador del Centro de Negocios y Gobierno Mossavar-Rahmani, Harvard), advierte que el desafío monetario ha sido complejo. Dice que la política de tasas bajas en Japón no ha funcionado en el sentido de permitir que el Banco Central logre su meta de provocar inflación en un período razonable.
Muchos consideran que las principales medidas tomadas por el Banco Central como la tasa de interés negativa, la masiva compra de bonos y el control de la curva de rendimiento, fueron acciones necesarias frente a los desafíos del país, y aunque hasta ahora no han dado todos los resultados que se esperaban, sí han mejorado la situación económica en la última década.
Para finalizar, y de acuerdo con mis análisis económicos referente a lo antes expuesto, Japón tendrá que seguir buscando maneras para aumentar el consumo y la inversión en medio de una pandemia que ha provocado altos niveles de incertidumbre en el mundo, y con una población joven en edad de trabajar, cada vez más reducida.