La mujer es administradora por excelencia, capaz de hacer análisis 360 grados y ver aristas en cualquier situación. Esto la hace un ente estelar para pronosticar, predecir y planificar.
Un importante número de microemprendimientos están dirigidos por mujeres porque son cautelosas, hacendosas y muchas fuentes de financiamiento confían en que si una mujer está detrás de un pronóstico es probable que sea sensato y, por ende, se cumpla.
Es más fácil que un hombre “se pinte como millonario en Excel”, porque tiende a ser más arriesgado. La mujer en una gran mayoría es más conservadora, eso muchas veces la estanca.
No me gusta particularmente diferenciarnos en lo financiero, porque soy una prueba viviente de que uno puede llegar hasta donde se proponga si se prepara para ello. Pero incluso cuando era empleada me tocó vivir que por una misma labor se paga mucho más en países como el nuestro por el simple hecho de ser hombre.
En lo relativo al dinero existen miedos, inseguridades, patrones familiares que se arrastran y etiquetas como: “no me gustan los números” o “nunca fui buena en matemáticas”, que, sencillamente, se convierten en causas para muchos bloqueos financieros.
Nadie nos vende los números como algo sexy, nos lo han vendido como algo trabajoso, complicado, necesario, pero que quizás otra persona debe trabajar por mí.
Entonces, vemos muchas mujeres empoderadas, emprendiendo, fajadísimas, pero sin proyecciones claras, modelos de negocio y sistemas que le permitan reflejar ese gran esfuerzo laboral en sus estados financieros.
Mi misión ha sido ir cambiando ese afán de gastar, por ahorro intencional. Las mujeres tienen razones poderosas para luchar y cuando van a la par teniendo un plan para vivir con menos, ahorrar e incluso invertir el resultado es maravilloso.
He visto y trabajado en carne propia casos de infidelidad financiera, donde están ajenas al manejo y los compromisos de la familia y eso las hace dependientes, prisioneras de una pareja. Por lo mismo, aunque quisieran no pueden sostenerse o a su familia.
Atrás ha ido quedando el típico sueño de la princesa que espera que un caballero encantado la rescate y se ocupe de su futuro, hasta Disney nos ha brindado ejemplos de princesas con un rol más activo. Lucha y vencerás. Edúcate. Nada más sexy o poderoso que poder vivir la vida bajo tus términos y crear un futuro acorde a tus valores y expectativas.
¡Todo esto es posible gracias a una gestión adecuada del dinero! Así como hemos visto el impacto de una vida saludable, una nutrición acorde a nuestras necesidades para mejorar nuestra calidad de vida (no por estética), debemos asumir que nuestro manejo financiero debe reflejar lo que realmente nos interesa.
Es decir, si tu plan es el inicial de una casa, viajar una vez al año, cambiar tu vehículo, realizar una maestría, lo que gastas debe ir a tono con esas partidas que son importantes para ti.
De igual manera, cuando entiendes mejor las finanzas, tu potencial se dispara, dejas atrás miedos y aprendes a analizar cómo pudieras impactar más personas con las soluciones que ofreces. Ganar más tiene que ver con valer más o brindar más soluciones a mayor cantidad de personas. Deja de ver los números como complicados, difíciles, lejanos, ya que existe una industria que se beneficia de tu desconocimiento. Encima te catalogas de incapaz y siempre dependerás de otros para gestionar tus recursos.
Los números responden a decisiones lógicas de dónde pones tus prioridades. Todos podemos tener una relación armoniosa con el dinero… no es exclusivo de los hombres.
Recomendaciones
Hacer un Excel es como plasmar en realidad sueños que pueden hacerse posible.
Identifica:
1. ¿Cuándo quieres retirarte?
2. ¿Cuánto puedes ahorrar mes a mes?
3. ¿Cuál será tu límite por categoría para gastar?
4. ¿Cuánto tener para disfrutar sin culpa?
5. ¿Cómo puedes empezar a invertir?
Sin un plan financiero tus sueños se quedarán sin combustible. Intégralo a tu vida y vivirás el bienestar financiero.