Francamente, es algo atípico que una moneda blanda, como es el caso del peso dominicano, se haya apreciado frente al dólar estadounidense. Y, sobre todo, en medio de una crisis sanitaria y económica sin precedentes.
En concreto, al 26 de abril de 2021, el DOP registra una revalorización acumulada de 2.3 % con respecto a diciembre de 2020. Existen diferentes razones que podrían explicar la tendencia bajista del dólar que hemos visto desde el inicio del presente año.
Los ingresos de divisas por concepto de exportaciones totales, turismo, remesas e inversión extranjera directa alcanzaron en su conjunto la suma de US$7,511.3 millones en el primer trimestre de 2021, lo que muestra un incremento de US$220 millones respecto a los US$7,291.7 millones recibidos durante el mismo período del año pasado. Además, el mayor influjo de divisas facilitó la acumulación de reservas internacionales, que se sitúan en US$12,184 millones al 26 de abril.
Por otro lado, el Banco Central de la República Dominicana intervino de forma recurrente en el mercado cambiario, inyectando divisas por un monto de 6,996 millones de dólares durante el año 2020. La estabilidad política que ha vivido el país desde el 16 de agosto de 2020 también ha influido de forma positiva en la tasa de cambio.
Por supuesto, esta tendencia alcista del peso dominicano frente al billete verde probablemente se normalizará en función de la recuperación económica, tanto a nivel local como internacional.
En la actualidad, existe una abundancia de liquidez (DOP y USD) en el mercado, pero cuando surja el momento oportuno, pues la política monetaria, y la propia oferta y demanda de divisas, jugarán un rol importante en el comportamiento de la moneda nacional.