Los ciudadanos del Caribe somos plenamente conscientes de los desafíos que enfrentamos. Saben que los gobiernos de la región confrontan dificultades financieras que se han visto agravadas por la pandemia del Covid-19. Nuestros ciudadanos también saben que tenemos un acceso limitado a la Asistencia Internacional para el Desarrollo o a la financiación en condiciones favorables de las instituciones financieras mundiales, y que nuestras opciones de acceso a la financiación para el desarrollo empresarial son escasas. Nuestra gente sabe claramente lo que quiere y las personas con las que hablo están muy interesadas en conseguir puestos de trabajo o en conservar los que tienen en busca de un futuro mejor y así poder cuidar de sí mismas y de sus familias.
En la Agencia de Desarrollo de Exportaciones del Caribe (Caribbean Export) también reconocemos estas barreras y escuchamos las voces de nuestro pueblo caribeño. La cuestión es cómo, como región, podemos salir de este aprieto. Para nosotros la solución es obvia: atraer mayores niveles de inversión local y de inversión extranjera directa (FDI, por sus siglas en inglés). Los gobiernos y otras partes interesadas de todo el Caribe deben centrarse en dirigir las inversiones hacia nosotros, pero para lograr la resiliencia y la transformación económica necesitamos aumentar significativamente y atraer inversiones a nuestras costas.
Es importante entender las tendencias y desafíos para posicionarnos como corresponde. A nivel mundial las corrientes de FDI han disminuido y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) reportaron una disminución del 42% de la inversión extranjera directa mundial en 2020, en su informe January 2021 Report. En el mismo se señala que una de las regiones más afectadas es América Latina y el Caribe, que registró una disminución del 38% en las entradas de inversiones de fuentes externas. Por otra parte, Asia y África experimentaron descensos de sólo 18% y 4%, respectivamente. Adicional, se espera un déficit en el flujo proyectado de Inversión Extranjera Directa durante el resto del año para nuestros países, y de seguir como hasta ahora, el futuro será poco prometedor.
Las perspectivas del sector turístico siguen siendo pesimistas. La Organización Mundial del Turismo (OMT) señala que encuestaron a expertos en viajes y dijeron que esperan volver a los niveles prepandémicos aproximadamente para el 2023 (https://www.weforum.org/agenda/2021/02/tourism-industry-covid19-recovery-government-response/). Por lo tanto, sentarse y esperar a que los turistas vuelvan en las cantidades de antaño o que las perspectivas mundiales hagan subir nuestros ingresos por exportaciones no puede ni va a sacarnos de este estancamiento económico. Es por esta razón que lo más importante es aumentar la inversión local y conseguir que la Inversión Extranjera Directa llegue a nuestras costas.
Para que el Caribe tenga éxito en atraer inversiones se requiere una nueva forma de pensar en estos nuevos tiempos sin precedentes.
En primer lugar, no podemos seguir compitiendo como destinos de inversión individuales, dados nuestros recursos y población limitados. Este enfoque no puede alcanzar la progresión que se necesita para atraer fondos significativos. En este sentido, en Caribbean Export estamos trabajando estrechamente con la Asociación Caribeña de Agencias de Promoción de Inversiones (CAIPA, por sus siglas en inglés) para apoyar a nuestros países en la preparación de proyectos de inversión que puedan ser presentados y promovidos como propuestas “regionales”, que implican a más de un país que se promueve como destino de inversión para una empresa en particular. Esto proporciona una escala muy necesaria y la combinación de recursos ayuda a un grupo más amplio de países.
En segundo lugar, debemos centrarnos en las inversiones que puedan contribuir a impulsar una nueva economía estimulada por empresas amigables con el clima y la digitalización. El mundo se está volviendo verde, está adoptando la digitalización y tenemos que hacer lo mismo. Por lo tanto, debemos realizar esfuerzos concertados para llevar a nuestras costas empresas que están a la vanguardia de las tecnologías verdes en ámbitos como la energía solar y eólica. Esto significa un enfoque de inversión dirigido y preciso.
El énfasis en la “nueva economía” está relacionado con el uso de la tecnología en sectores clave como la agricultura. El Caribe es una de las regiones más afectadas por la inseguridad alimentaria del Planeta y el Covid-19 lo ha demostrado de manera más elocuente. Hay que hacer más hincapié en la agricultura. Sin embargo, esta vez se trata de utilizar la tecnología para impulsar la agricultura del Caribe en el siglo XXI, donde nuestros jóvenes también ven una oportunidad de negocio viable. Esta es precisamente la razón por la que Caribbean Export, en colaboración con la CAIPA, ha identificado la agrotecnología o la tecnología agrícola como un sector prioritario en la región. Conecta todos los puntos para ayudarnos a tener una mayor seguridad alimentaria, trata la agricultura como una actividad empresarial y como región podemos ofrecer la escala necesaria para los grandes inversores.
En Caribbean Export, reconocemos que la innovación es esencial para nuestra supervivencia y debe ser el centro de nuestra estrategia regional de promoción de las inversiones. De hecho, ya hemos contratado los servicios de un asesor en financiación alternativa con experiencia en la obtención de capital en los mercados emergentes y fronterizos para empresarios y MIPYMES con alto potencial de crecimiento. Tenemos la intención de acelerar la comercialización y la promoción de los proyectos de inversión regionales y de concentrarnos en la orientación de las inversiones hacia los sectores que son esenciales para la nueva economía, haciendo hincapié en la agrotecnología, la digitalización o las inversiones respetuosas con el clima.
Somos plenamente conscientes de que el futuro de la región y la prosperidad de nuestra gente dependen de las medidas que adoptemos ahora para que las empresas desempeñen un papel rector en la promoción de un programa de transformación. En Caribbean Export tenemos la intención de hacerlo, siendo la atracción de inversiones locales y extranjeras un pilar central de nuestro trabajo en los próximos años.