En los últimos nueve años, los bancos de servicios múltiples han duplicado sus gastos en pago de sueldos y compensaciones a su personal. Sin embargo, eso no quiere decir que sus empleados actualmente devengan el doble de los ingresos que recibían en 2012, debido a que la cantidad de empleados también ha aumentado.
En 2012, los bancos múltiples reportaron gastos en sueldos y compensaciones al personal por RD$25,254.4 millones; esto siguió aumentando año tras año y para el 2020 ese monto se ubicó en RD$52,683.1 millones, es decir, se duplicó hasta un 108.6%. ¿Indica esto que los ingresos de los empleados de los bancos son actualmente el doble de lo que recibían nueve años atrás?
En realidad no. ¿Por qué? En 2012, los bancos múltiples reportaron 25,245 empleados, mientras que el año pasado, aun cuando despidieron a poco más de 1,000 empleados por la pandemia, su nómina llegó a los 32,549 trabajadores, para un aumento de un 28.9%.
Al dividirlo en términos per cápita, hace nueve años, los bancos destinaron en promedio RD$1,000,374 por cada empleado, mientras que para el año 2020 el promedio fue de RD$1,618,579 por cada colaborador, lo que equivaldría a un aumento de un 61.8%.
Ajustes limitados
Viéndolo desde el punto de vista global, daría la impresión de que el sector bancario ha aumentado muy favorablemente los ingresos de sus trabajadores, ya que sus gastos para esos fines se han duplicado en poco menos de una década.
Sin embargo, al realizar los desgloses anteriores, se observa que desde 2012 hasta la fecha, considerando la cantidad de empleados, el aumento en gastos de nómina y remuneraciones ha sido de un 61.8%.
Si eso se divide entre los nueve últimos años, resulta en un promedio anual de ajuste por el orden de los 6.8%, una proporción de ajuste que está por debajo, incluso, de los porcentajes de aumentos que realiza el Comité Nacional de Salarios cada dos años para los sueldos mínimos de los trabajadores formales del sector privado no sectorizado.
Pero los empleados de los bancos tienen otras ventajas que van más allá del salario. La mayoría de las entidades financieras reportan ganancias anuales, por lo que pagan la llamada “bonificación”, adicional al doble sueldo de Navidad.
Además, reciben préstamos con tasas de interés preferenciales, muy por debajo del promedio ponderado al público en general, lo que les permite acceder con más facilidad a determinados bienes como un buen vehículo o muy especialmente la compra de una vivienda, que es el principal deseo de los jóvenes trabajadores.
Reducción de personal
Durante los peores meses de la pandemia del covid-19, cuando la economía estaba prácticamente paralizada, los bancos se mantuvieron abiertos. Por eso, muchos pensaron que a ese sector le fue muy bien en términos de generación de ganancias.
En realidad, los bancos reportaron ganancias, pero con una reducción por el orden del 12% en comparación con el 2019.
Tal vez por esa razón decidieron reducir en poco más de un 3.3% su nómina de empleados, que pasó de 33,681 en 2019 a 32,549 en 2020, una reducción de 1,096 trabajadores en los 17 bancos múltiples que operan en el país.
Disciplina financiera
Los empleados del sector financiero, especialmente de los bancos múltiples, reciben buenas remuneraciones en la medida en que ascienden de puestos, pues los salarios a nivel operativo no son superiores a los de otros sectores productivos del país.
Los puestos de gerencia en adelante sí incluyen facilidades adicionales en el paquete laboral, que provocan deseos de formar parte del sector financiero. Además, los empleados bancarios tienen facilidades adicionales en cuanto al acceso a financiamientos.
Pero deben predicar con el ejemplo. La disciplina financiera es vital para los empleados de los bancos. Sin importar su nivel o puesto, deben mantenerse al día en el pago de sus compromisos internos y externos, no mostrar atrasos en el saldo de su tarjeta de crédito si la tienen y evitar que cualquier incumplimiento les haga caer en los burós de historial crediticio con información negativa. En esos casos, los bancos son bastante rigurosos y eso puede provocar la salida del empleado, aunque sea efectivo en su desempeño.
Lo mismo ocurre para ser contratado. Es posible que un joven profesional tenga las mejores condiciones para ocupar un puesto en una entidad financiera, pero su historial crediticio no es tan favorable, es decir, que muestra cierta indisciplina en el manejo de sus finanzas personales, por lo que es posible que pierda la oportunidad de ser contratado.
Esa rigurosidad es, a la larga, beneficiosa para los empleados, porque les motiva a mantener una disciplina financiera que les permite un mejor manejo de sus ingresos en cuanto al uso y administración, independientemente de que le garantice el empleo.