Para muchos, la mayoría de las cosas ocurren de manera fortuita, por ejemplo, la recuperación del turismo dominicano post pandemia del covid-19. En efecto, las estadísticas ofrecidas por el Ministerio de Turismo de República Dominicana refieren que, en el mes de julio de este 2021, llegaron al país 572,644 turistas no residentes, anunciando esto un proceso de reparación de pérdidas de este importante sector de la economía que, durante el 2019, aportó el 8.4% del producto bruto interno dominicano y generó más de 7,400 millones de dólares en ese mismo año.
Después de la baja estrepitosa de la actividad turística durante el 2020, con una caída promedio trimestral de un 63,07%, esta misma actividad empieza a repuntar en el 2021, llegando ya a acumular más de 2,4 millones de turísticas, y también a mejorar en términos de los ingresos que genera bordando los 2,400 millones de dólares en los primeros sietes meses en lo que va de año.
Hay que considerar que, previo a la aparición de la crisis sanitaria del Covid-19, el sector turístico dominicano había venido creciendo de manera sostenida. De hecho, y según las estadísticas del Banco Central de República Dominicana, la actividad turística generó alrededor de 50,000 millones de dólares durante el período 2010-2019, mostrando un crecimiento promedio anual de un 5,2% en ese mismo lapso de tiempo. Pero si bien el turismo es generador de divisas, también lo es en cuanto a empleos, estimándose que, al 2019, en este sector existían cerca de 360,000 empleos, directos e indirectos.
Desde la aparición de la Ley 158-01 de fomento al desarrollo turístico, la actividad vinculada al turismo tuvo un evidente repunte, lo cual se ha expresado, fundamentalmente, en un incremento en la inversión extranjera directa en ese sector de la economía, atrayendo más de 5 mil millones de dólares solo en el 2019. Obviamente, una activa y dinámica política pública de apoyo al turismo, ha sido una nota distintiva para convertirnos, como país, en uno de los principales destinos turísticos para los viajeros norteamericanos y europeos.
La permanente promoción en los mercados turísticos internacionales también ha sido uno de los ejes bajo los que se ha sostenido el crecimiento del turismo dominicano, llegando a representar el 34% de las exportaciones que realiza el país.
Pero entendemos que el turismo dominicano ya debe ponerse los pantalones largo, y pasar de un turismo de todo incluido a una diversificación de su oferta. Por ejemplo, existe un potencial enorme en el país para desarrollar el turismo ecológico y explotar los recursos naturales con los que se cuenta.
Adicionalmente, se debe desarrollar la infraestructura necesaria en la ciudad capital y en Santiago de los Caballeros para explotar el turismo profesional, es decir, aquellas personas que visitan el país por negocios o por razones laborales. A ese respecto, siempre se ha planteado que en Santo Domingo se debe construir un Centro de Convenciones, el cual podría convertirse en un atractivo para visitantes que buscan algo más que playas, arena y cocoteros.
En fin, hemos invertido en promoción y establecidos los incentivos necesarios para el fomento del turismo dominicano, pero también hemos tenido algo de suerte pues, destinos como México y Cuba, competidores nuestros, han tenido sus dificultades para desarrollarse y/o expandirse, lo que ha sido beneficio para el país. Pero llegó el momento de trabajar con mayor intencionalidad, integralidad y visión de desarrollo con ese sector de la economía.