[dropcap]C[/dropcap]onocemos que las sociedades marcan la dirección y sentido de los pueblos; ellas responden al sentir, bien sea de frustración o no de los seres humanos.
Desde este postulado, podemos entonces entender que absolutamente todo lo que ocurre al rededor del mundo, y es noticia, es impulsado por el estado de la sociedad. El núcleo en fundamento de las sociedades es la familia, que si lo comunicamos bien es el eje central de curso de las acciones en una sociedad.
En este escrito no pretendo hacer un análisis actual sobre si las sociedades van por buen camino o no, ya que es un tema complicado de ver, porque hay diferentes vertientes para analizar y ópticas que no se ponen de acuerdo. Algunos dirán que sí, de manera muy optimista, y otros por el contrario se expresarán de manera contraria.
Lo cierto es que la interacción entre la comunicación comercial de marketing, o sea, la publicidad y la sociedad, pudiera contribuir en dirección de crear escenarios de esperanza humana sobre nuestro comportamiento, optimistas y hasta creo que pudiera rendir frutos en el caso de impulsar una corriente positiva al tiempo en que vendemos un bien o servicio.
La realidad en términos de conseguir buenos frutos en el marketing, es obviamente escuchar a la sociedad e ir en dirección de la misma haciendo la performance correcta de comunicación. Pero si imponemos el espacio útil de la publicidad e impulsado por el gran contenido creativo que contiene, podemos, pues, crear mejores condiciones para un futuro que lo anhela y una sociedad que parece en muchos casos congelada en la cárcel del espanto.
Es probable que hoy por hoy pongamos más énfasis en vender, que en distribuir una plataforma de mensajes que vendan y permanezcan en nuestras vidas, transformando generaciones justo cuando sentimos la necesidad de compra de un producto, o cuando nos vinculamos a una marca.
Las marcas que se han inclinado por esta línea han abrazado el tema desde las emociones y los sentimientos, seleccionando inteligentemente un espacio intocable dentro de cada ser humano y que, difícilmente, él mismo se resista ante ello.
Ya hemos compartido anteriormente que los seres humanos marcan su espacio de vida a través de las emociones y experiencias, y que básicamente transitan la vida detrás de esas experiencias que serán memorables, y que como rumiantes de los buenos recuerdos, una y otra vez volverán a nuestras vidas, en coloridas historias familiares, o simplemente en la soledad misma del ser.
Se hace necesario crear conciencia de las necesidades existentes en las sociedades. El espejo de la conducta humana es el mejor termómetro de estas, y es necesario que todo elemento que ocupe un espacio en el mundo contribuya en dirección de esperanzar la vida en el más sencillo de los escenarios.
Apostamos a ser mejores profesionales por la vida, y quizás nos olvidamos de ser humanos, ignorando que un día nos sorprenderá la muerte física y dejaremos este espacio vacío, y los cines vacíos, y los salones, y las charlas de superación. Empero, debemos resistirnos a que nos sorprenda la muerte de la sociedad, aquella que atenta con llevarse todo y no dejar nada, ni las esperanzas.