Considerado como prioridad nacional, el sector industrial ha jugado un papel importante en la economía dominicana tras el embate causado por la crisis del covid-19, tanto a través de su valor agregado como por los empleos que genera.
Esto ha motivado al Gobierno a aprobar, a junio del 2021, RD$2,008 millones para la inversión en maquinarias y nuevas tecnologías como estrategia para fomentar la competitividad de la manufactura local, señaló el ministro de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), Víctor Bisonó.
Una acción cónsona con la promulgación de la Ley 242-20 que modifica la normativa sobre Competitividad e Innovación Industrial y cuyo fin es el de “lograr el posicionamiento de los productos nacionales en los mercados internacionales a través del desarrollo de la producción competitiva”.
La modificación establece la extensión de los incentivos fiscales por 15 años y las facilidades comerciales a las empresas de este segmento productivo, el segundo de mayor generación de empleos en el país y cuyos aportes representan el 32% del producto interno bruto (PIB).
Desempeño de la industria
El funcionario resaltó las fortalezas del sector industrial y manufacturero durante su participación en la actividad “Todos somos industria”, organizada junto a la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) y que contó con la participación de la vicepresidenta Raquel Peña.
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Bisonó hizo hincapié en cómo la industria ha permitido “el avance continuo de la economía dominicana”, lo que la vuelven “sinónimo de resiliencia, empleos formales y de calidad”.
De acuerdo al Banco Central, el sector manufacturero experimentó un crecimiento económico interanual del 14.3% durante el primer semestre del año, sobreponiéndose a los efectos negativos producto de la pandemia y generando un aporte al fisco de RD$72,665 millones, un 24% del total de las recaudaciones internas de República Dominicana.
Asimismo, el titular del MICM resaltó que la manufactura local logró un aumento de sus ventas “en un 34% con relación al 2020 y un 25% con respecto al mismo período del 2019”.
Solo durante el primer trimestre del 2021, las ventas de este subsector a las zonas francas aumentaron en RD$2,414 millones, un 31% más que el año pasado y un 39% más que en el año anterior a la pandemia.
“Estos números se dicen rápido, pero son el resultado del trabajo de miles de dominicanos que han encontrado en las empresas del sector el escenario idóneo para aplicar sus destrezas y talentos”, manifestó Bisonó.
Resiliencia
“Todos somos industria” contó con las palabras del presidente de la AIRD, Celso Juan Marranzini, quien reconoció los esfuerzos de la industria dominicana para mantenerse operando pese a las dificultades que todavía plantea la pandemia del covid-19 en aspectos como el alza en los precios de fletes y materias primas.
“Ha sido el esfuerzo mancomunado del Estado y del sector industrial el que ha permitido que alimentos, bebidas, medicinas, insumos de índoles diversas, artículos de higiene y mascarillas pudiesen llegar a los hogares dominicanos”, apuntó, señalando que estas medidas contribuyeron a reducir la escasez, el hambre y un mayor disparo de la inflación.
Explicó que el país cuenta con oportunidades de diferenciarse de cara a los mercados internacionales, para lo cual se necesita garantizar la competitividad de las industrias, atraer nuevas inversiones a través de marcos jurídicos e impositivos y ser punta de lanza en materia de desarrollo sostenible.
La industria como “política de Estado”
Durante su intervención en el evento, la vicepresidenta Raquel Peña destacó las oportunidades de crecimiento y expansión del sector industrial de cara a los mercados internacionales.
Puntualizó que los productos industriales dominicanos llegan a más de 150 países, demostrando la capacidad de República Dominicana para competir y posicionarse como lugar “idóneo para la instalación y expansión de la inversión extranjera en el sector de la manufactura local”.
Resaltó que país se sostiene sobre fundamentos macroeconómicos sólidos y una gestión eficiente de la vacunación contra el covid-19, haciéndolo propicio para los inversionistas, quienes cuentan con seguridad jurídica y una ubicación geográfica estratégica para el comercio internacional.
En lo que respecta a la industria manufacturera, enfatizó la fortaleza del sector en la generación de más de 138,000 empleos formales, lo que constituyen razones “para que las políticas de la industria no sean solo del Gobierno, sino políticas de Estado”, ya que el desarrollo industrial juega “un papel preponderante en la reducción de pobreza de los países en desarrollo”.