[dropcap]L[/dropcap]os líderes del sector privado dominicano están convencidos de la necesidad de cambiar la visión empresarial del país, de una enfocada únicamente en el enriquecimiento propio, a una que procure el bienestar de los trabajadores y toda la sociedad de manera sostenible.
Para ello, procuran la creación de las bases para que el país reduzca los niveles de exclusión social y desigualdad, lejos del reparto de dádivas esporádicas que mantienen y reproducen la pobreza, sino por medio de un sistema educativo y de oportunidades que permita que cada individuo acceda a la clase media a través de un empleo productivo.
Se trata de un “ganar-ganar”, que beneficie a las empresas con mano de obra cualificada y que permita al país mejorar sus niveles de competitividad, y que redunde en la mejoría de los niveles de vida de la población.
En ello coincidieron los pasados presidentes del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Elena Viyella, José del Carmen Ariza, Celso Marranzini, Marino Ginebra, Lizandro Macarrulla y Manuel Diez, quienes participaron en el panel “El rol del empresario en el futuro de República Dominicana”, organizado la semana pasada por el Grupo Estratégico Empresarial (GEE), representado en el panel por Eduardo Cruz.
Viyella abogó por reformas en el sistema judicial, de manera que se castigue la impunidad y se desmotive las acciones que infrinjan la ley.
Además, resaltó la importancia de seguir reformando el sistema educativo, subsanando las deficiencias de profesores y estudiantes, y frenando el elevado nivel de deserción que ronda el 50% en la educación media.
“Los empresarios tienen que ser agentes de cambio. Tenemos una gran deuda con nuestra población. Tenemos que ver al país como una gran empresa”, expresó la empresaria, quien actualmente preside Acción Empresarial por la Educación (Educa).
Macarrulla reconoció que el país ha tenido importantes avances en materia de desarrollo durante los últimos años, pero a la vez sostuvo que existen muchos retos por enfrentar. “República Dominicana ha avanzado, pero a medida que seguimos, los retos se hacen más grandes”, consideró.
Y es que para el empresario, el país ha llegado a un punto de inflexión en el que no se puede avanzar sin hacer frente a la gran exclusión social.
Afirma que durante sus años en la presidencia del Conep, quisieron abordar temas que aseguraran resultados duraderos que cambiaran la estructura económica del país. Uno de sus principales planteamientos fue el cambio de modelo económico, que fue recibido con cierta sorpresa de parte de algunos estamentos de la sociedad.
Marranzini concordó en que existen bajos salarios que frenan la mejoría del nivel de vida de la población, pero consideró que las empresas tienen dificultades en realizar los ajustes salariales que demanda la clase trabajadora, debido al alto costo que existe en el país para hacer negocios.
“Esta es una economía excesivamente cara”, manifestó el empresario, refiriéndose a los altos costos que implica cubrir la deficiencia de los servicios estatales.
“No puede ser que unos lo tengamos todo y otros nada”. Concuerda que el problema más grave del país es la falta de educación, lo cual incide en todas las áreas de la vida nacional.
CONTINUIDAD
Esta generación de líderes empresariales espera que el relevo futuro muestre elevados niveles de compromiso con el país, trabajando para forzar cambios que beneficien a todos, de manera que se reduzcan los muros que separan los diversos estratos sociales.
Para Manuel Diez, los líderes del sector no pueden darse el lujo de menguar en su lucha por la creación de las bases para que el país tenga un buen clima de negocios de manera sostenible, aportando a la competitividad.
Para ello, es de suma importancia la creación de una agenda seria para abordar los problemas estructurales del país, consideran los empresarios.
Una de las visiones que han expresado las diferentes organizaciones empresariales es su preocupación por la creación de más empleo formal que beneficie la calidad de vida. Para ello piden atacar la informalidad y establecer las mismas reglas para todos los agentes que intervienen en la economía.
Celso Marranzini se quejó de la falta de continuidad en el sector público como uno de los principales obstáculos para ver mejorías en salud, educación o electricidad.