[dropcap]E[/dropcap]l pasado miércoles el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) presentó al país las conclusiones de su VIII Convención Empresarial, en la que entregó una lista de 47 propuestas para contribuir con el desarrollo económico, social, político e institucional de República Dominicana.
La idea era presentar ese informe a los candidatos a la presidencia de la República, es decir, al liderazgo político nacional. Por esa razón asistieron los candidatos Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM); Hatuey de Camps, del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD); así como Federico Antún Batlle, por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
Fue notoria la ausencia de Guillermo Moreno, quien también es candidato presidencial con el apoyo de varios partidos políticos.
Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la decisión, de último minuto, del presidente Danilo Medina suspender su asistencia al acto. Varias versiones justificaron la actitud del mandatario.
Una de ellas es que, aparentemente, no le informaron que estaría sentado junto a los candidatos de otros partidos, es decir, ¿estaba invitado como Presidente de la República o como candidato presidencial? Entonces, decidió que José Ramón Peralta, ministro Administrativo de la Presidencia, quien había llegado previamente al hotel Jaragua, donde se realizó la actividad, lo representara en el acto.
La segunda versión referente a los motivos que habría tenido el presidente Medina para suspender su presencia en el almuerzo de clausura de la convención empresarial se refiere a que, supuestamente, recibió un adelanto del contenido del interesante discurso de clausura que pronunció el presidente del Conep, Rafael Blanco Canto, el cual fue bastante crítico y autocrítico en diversas áreas.
Pero como esta columna se enfoca en asuntos económicos y no en las cuestiones políticas que tanto entretienen a los dominicanos, deseo enfocarme en un aspecto del discurso de “Papo” Blanco en el que, entre tantas propuestas interesantes, planteó lo que define como “La creación del Foro Económico del Caribe Hispano que incluya a Colombia, Venezuela, Centroamérica, México, Cuba y Puerto Rico, con el objetivo de lanzar una plataforma común de promoción y cooperación económica en diversos órdenes, como el turismo y nuestra cultura común”.
Para motivar esa parte de su discurso, el dirigente empresarial improvisó unas palabras adicionales en las que hizo referencia a que las islas del Caribe que están organizadas en la llamada Comunidad Económica del Caribe (Caricom) son básicamente del Caribe inglés y en parte del Caribe de habla francesa.
Sin embargo, el Caribe hispano no cuenta con un bloque de Estados que sea verdaderamente representativo.
Incluso, República Dominicana tiene condición de observador en el Caricom, pero cada año se le niega su entrada como miembro de pleno derecho en ese bloque.
Blanco Canto plantea que si República Dominicana, que es la economía más grande de la región del Caribe y Centroamérica, lidera la propuesta de la creación de un bloque de Estados del Caribe hispano, podría servir, incluso, para enfrentar las expresiones de rechazo que constantemente hace el Caricom a las naciones del Caribe a las que, como a República Dominicana, les niegan su ingreso como miembros de pleno derecho.
La propuesta de Blanco Canto, en su condición de presidente del Conep, es novedosa, con un enfoque internacionalista que podría colocar a República Dominicana en el ojo de las relaciones internacionales regionales, pues estaría planteando un esquema de integración que no existe y que el tiempo y las circunstancias indican que es necesario.
No sabemos si el contenido del discurso de Blanco Canto agradaría o no al presidente Medina, pero entre tantas propuestas interesantes, debería hacer suya la de una iniciativa para crear un Foro Económico del Caribe Hispano. Eso le daría al país la oportunidad de “sonar” en el extranjero como un Estado integrador y no como hasta ahora, en alusión al descrédito por supuestas violaciones a los derechos de los haitianos.