La Comisión Nacional de Energía (CNE) establece, según cifras cortadas a noviembre de 2023, que el Programa de Medición Neta (PMN), que mide los avances de las políticas públicas en materia de generación distribuida, cuenta con una capacidad instalada de 346 megavatios conectados al sistema eléctrico nacional (SENI) y que los clientes totalizan 14,593.
Las ventajas que ofrece la Ley 57-07 de Incentivos de las Energías Renovables ha impulsado la masificación de paneles solares como fuentes alternas de generación, que es donde se ubican los autoproductores. Desde 2018 a la fecha alrededor de 2,200 nuevos clientes se suman a la generación distribuida, adicionando 50 megavatios de capacidad instalada.
Las empresas distribuidoras y expertos del sector eléctrico entienden que la rápida expansión del esquema de generación distribuida ha profundizado el déficit del sector, especialmente porque el método de la medición neta no es equitativo. No es lo mismo un kilovatio hora generado con fuentes convencionales y que utilice las redes de transmisión, que aquel se produce con paneles en los techos de las casas o empresas.
El experto en energía Bernardo Castellanos de Moya tiene bien claro cuál es la mejor opción en cuanto a la generación distribuida. Se inscribe entre quienes consideran que los autoproductores, aquellos que generan electricidad a partir de paneles solares y la inyectan a las redes de distribución a través del esquema de medición neta, deben operar sin poner en riesgo la sostenibilidad a largo plazo del sistema.
Sin embargo, este neteo por volumen y no en base al costo del kilovatio hora (facturación), como propone un nuevo reglamento que trabaja la Superintendencia de Electricidad (SE), se ha convertido en una fuente que profundiza el déficit del sector. Cálculos conservadores estiman pérdidas anuales por alrededor de US$100 millones para las EDE por la distorsión que provoca el esquema actual, lo cual se traduce en una carga financiera extra para el Estado.
Explica que la generación distribuida, como su nombre lo indica, es un generador, por lo que entiende que toda la energía producida e inyectada a la red debe ser valorada a precio de generador, no de tarifa regulada de consumidor final.
“La valoración económica de la energía inyectada por el generador distribuido debe ser igual al promedio de solo los acuerdos de compra de energía (PPA) firmados por las distribuidoras con generadores de la misma tecnología. De esta manera se refleje la disminución de costos de la tecnología utilizada en generación distribuida”, refiere Castellanos de Moya.
El experto en energía, quien fue director técnico de la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (Egehid), no tiene objeción en que se otorgue un incentivo de precio adicional debido a que la generación distribuida inyectada directamente en la red de distribución elimina las pérdidas de transmisión, que en el caso de República Dominicana es de alrededor de un 2%.
Plazo
Sugiere que a los clientes que ya se han acogido a la generación distribuida se les otorgue un plazo de tres años adicionales a partir de la promulgación del nuevo reglamento para que permanezcan como medición neta y luego emigren a la facturación neta. “Favorezco facturación neta pues considero es más justo y racional para las partes involucradas”, afirma.
Sin embargo, entiende que las distribuidoras de electricidad, el Organismo Coordinador (OC) y la Superintendencia de Electricidad (SE) deben evaluar técnicamente si el sistema de distribución, desde el punto de vista técnico, está en capacidad de incorporar nueva generación distribuida en los circuitos donde se solicita.
En este sentido, considera que debería establecerse un mes como plazo para que el organismo competente evalúe la solicitud de nueva generación distribuida, debiendo el promotor suministrar toda la información técnica correspondiente.
“Dentro del mes posterior al sometimiento por parte del promotor, la entidad correspondiente emitirá un informe donde autoriza o rechaza la solicitud de generación distribuida y, en caso de rechazo, indicar las razones técnicas”, explica.
Entrada de vigor
Castellanos refiere que si en el plazo de un mes, el organismo competente no se ha pronunciado, la solicitud de generación distribuida quedará automáticamente aprobada. “Con la facturación neta, como sugiero, no pierden dinero las EDE ni las personas que invierten en generación distribuida”, sostiene.
A su entender, los que invierten en generación distribuida, con la facturación neta recuperan su inversión en un plazo mayor, pero al final siempre la recuperan y ganan dinero.
Castellanos de Moya refiere que, en la situación actual de medición neta, la inversión se recupera en menos de cinco años en muchos casos, situación que no ocurre con los proyectos de generación que venden en el sistema eléctrico nacional interconectado (SENI) donde la inversión se recupera sobre los 10 años.
Caso Edesur
La presente administración de Edesur Dominicana, a través del Programa de Medición Neta, experimentó un crecimiento significativo al registrar 3,270 nuevos clientes con paneles solares, lo que representa un incremento de 185%.
Hasta agosto del 2020, Edesur tenía registrados 1,759 clientes. Con la actual administración, desde esa fecha hasta febrero del 2024, la cartera de clientes con paneles aumentó a 5,029.
Desde enero de 2023 hasta enero del 2024 Edesur autorizó la instalación a unos 1,470 nuevos clientes con paneles solares. Desde 2011 a 2020, es decir en nueve años, las pasadas administraciones instalaron con Edesur 1,759 servicios de esta índole. Esta administración en tres años y medio ha permitido la instalación de 3,270.
Este aumento, según la empresa, se atribuye a la creciente conciencia sobre la importancia de la generación distribuida, las facilidades otorgadas por Edesur y al uso de energías renovables entre los consumidores y la empresa.
En marzo de este año, Edesur informó que la adopción de tecnologías fotovoltaicas por parte de un número cada vez mayor de clientes ha contribuido a la expansión del programa, lo que ha generado un incremento notable en la capacidad instalada de energía renovable conectada a la red de distribución de Edesur.