[dropcap]E[/dropcap]n una extensión de 39.8 kilómetros cuadrados, el municipio de Haina, provincia San Cristóbal, experimenta desde hace años signos evidentes de desarrollo económico, gracias a su productividad y dinamismo comercial que, de manera simultánea, se hace acompañar de un crecimiento socioeconómico desigual y un incremento desproporcional de la población.
El progreso y el bienestar social se han concentrado pírricamente en unos pocos, mientras que el resto vive bajo condiciones de pobreza, ya que se conjugan varias dificultades, que de alguna manera, contrastan con su rendimiento económico.
Desde el inicio de las instalaciones industriales, Haina ha sido un lugar atractivo para las personas con necesidades de empleo debido a que en el municipio funcionaba desde la década de los 60 el ingenio azucarero Río Haina.
Marino Lora, alcalde de Haina, dijo a elDinero que esa localidad se caracteriza por ocupar el segundo puesto entre los municipios que más aportan a la economía nacional, al inyectar al Producto Interno Bruto (PIB) entre un 25% y un 33%, ya que cuenta con una composición industrial de aproximadamente 100 empresas formales que aportan alrededor de 25,000 empleos; dos grandes generadoras de energía (Itabo I e Itabo II), un puerto en el que se concentra el mayor movimiento comercial y la única refinería de petróleo (Refidomsa) que posee el país.
El crecimiento industrial e inversiones en la zona han traído consigo un alto nivel de migración. “Hace 17 años, la empleomanía local era de un 16% y ahora alcanza un 45%”, indicó Lora.
Según el Censo de Población y Vivienda del año 2010, Haina tiene más de 124,000 habitantes, con una densidad de 3,111 personas por kilómetro cuadrado, dato que Lora entiende se ha incrementado con los años; por lo que supone que la población actual está entre 175,000 y 180,000 habitantes, distribuidos en más de 70 barrios.
El ingreso mensual del ayuntamiento ronda los RD$12 millones y de acuerdo a lo estipulado en la Ley 166-07, se debe destinar un 25% para gastos de personal, 31% a servicios municipales, 4% para salud y educación y un 40% para inversión.
En 2004 fue aprobada la Ley 160-03 que establece que de la producción nacional, a los ayuntamientos debe retornar el 10%. “Sin embargo apenas recibimos un 3.85%, y un ayuntamiento que recibe este tipo de ingreso no puede accionar de la manera que requiere el municipio”, afirma Lora.
Necesidades
Entre las necesidades que se encuentran en la zona, relata que las más importantes son la construcción de un acueducto, la reconstrucción del hospital municipal y la distribución de energía eléctrica.
Ante la falta de políticas públicas que accionen en pro de la comunidad, en el 2010 se creó el Consejo para el Desarrollo Integral de Haina (Codinha), con el apoyo de instituciones, fundaciones, junta de vecinos, asociaciones y bloques de trabajadores que buscan el bienestar del municipio.
Víctor Manuel Báez, presidente de Codinha, expresó que la principal finalidad de esa institución es crear prosperidad colectiva por medio de la implementación de un plan de desarrollo que promueva una mejor calidad de vida de los ciudadanos, y al mismo tiempo demandar del Estado una mayor inversión, que vaya de acuerdo con los aportes que el pueblo realiza a la economía dominicana.
Indicó que el crecimiento industrial y demográfico va de la mano, aunque en beneficios económicos quedan divorciados. “Nosotros, a través de Codinha, estamos luchando para que haya una paridad o por lo menos una distribución equitativa de lo que este pueblo aporta a la economía nacional”, dijo.
Además de las necesidades que menciona el alcalde, el municipio padece de un deficiente servicio de transporte público, mal estado de las calles, inseguridad ciudadana, ausencia del manejo y distribución del uso del suelo, desempleo, ausencia de inversión social y una reducida participación ciudadana en la gestión municipal, indicó Báez.
“Tradicionalmente las personas piensan que Haina es una “tacita” de oro. Suponen que todo el munícipe vive en abundancia, y más porque es una localidad productiva, y en realidad lo es, aunque no se refleja por las tantas necesidades que demanda el pueblo”, se quejó.
Tanto Lora como Báez, abogan por la construcción de un acueducto, ya que el existente funciona “a medias”, y data de los años 50, cuando apenas la población era de 3,500 habitantes.
“El consumo de agua proviene de cinco pozos que tienen contaminación de todo tipo; por eso necesitamos la construcción de un acueducto. Apenas tenemos acceso al acueducto múltiple de El Carril que suple pequeñas zonas como la de Piedra Blanca, Barcequillo, Villa Lisa, Calle el Medio y Calle el Sol, y no da abasto para la población”, agregó Lora.
Además, a pesar de que el municipio posee dos de las generadoras de electricidad más importantes (Itabo I e Itabo II), que aportan el 50% la energía eléctrica que consume el país, se quejan de que apenas el suministro alcanza las seis horas al día.
Según Lora, la Distribuidora de Electricidad del Sur (Edesur) tiene catalogado al municipio como categoría f (malos pagadores) y no aplican para tener el servicio 24 horas, por lo que además se queja de que esa medida pone en riesgo los ingresos de los pequeños y medianos comerciantes que forman parte de la economía informal de la zona. Otro de los puntos que enfatizan es la reconstrucción del hospital municipal, ya que en la actualidad opera sin las condiciones necesarias para responder a las necesidades médicas de la población.
“Tenemos un sub centro hospitalario, no es un verdadero hospital. En este centro no hay servicio traumatológico, y da vergüenza que en una comunidad que es netamente industrial y por ende más vulnerable a que ocurran accidentes, no haya un hospital que brinde todas las atenciones médicas”, indicó Báez.
Aporte industrial
Para Eduardo de Castro, presidente de la Asociación de Industrias y Empresas de Haina y la Región Sur (AIEHaina), la mayoría de las industrias que están instaladas en este municipio se dedican no solo a su labor de trabajo y a generar empleos, sino que también aportan a la comunidad.
“Tal vez no decimos todo lo que hacemos, pero aportamos.Estamos trabajando en todos los ejes que inciden de manera positiva en la comunidad: educación, salud, medio ambiente y servicios”, agregó.
De Castro explicó que cuando una empresa desea instalarse en Haina, además de cumplir con los requisitos de ley, analiza el impacto positivo y los beneficios que estarían aportando a la zona.
Lora explicó que de las más de 100 empresas existentes en el municipio, el 50% está certificada por las normas y gestión de calidad establecida por la Organización Internacional de Normalización (ISO-9000), un 25% está en proceso y un 15% aún no tiene los papeles al día.
El funcionario municipal no entiende su poca participación en el desarrollo de Haina. Indicó que mensualmente el ayuntamiento recibe de las empresas un aporte de RD$650,000 como pago por el uso del vertedero. “Las empresas solo se limitan al pago del vertedero, y a veces colaboran con obras que ellos consideran. Además, aportan en la construcción de un puente, operativos de salud, fumigación, entre otras cosas, pero no es que destinan un ingreso fijo a estas actividades”, dijo Lora.
Estrategia
Según Báez, los intentos de pactos y acuerdos establecidos en décadas anteriores, para promover y alcanzar el desarrollo municipal de Haina, no lograron su cometido.
Indicó que el Codinha surgió atendiendo a las aspiraciones de la población y los sectores que, de manera permanente, se han preocupado por definir y diseñar un plan estratégigo en pro de la zona más industrial del país.
“Este es un nuevo esfuerzo que intenta superar las debilidades de los anteriores, desarrollando un proceso de integración formal de los sectores de la entidad, y estableciendo un compromiso para definir un plan que marcaría las directrices del desarrollo de Haina”, agregó.
El plan cuenta con el aval del Gobierno, en donde el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo (MEPyD) tiene a su cargo definir una técnica que sirva para impulsar el desarrollo que necesita la comunidad, creando una base a partir de la sociedad y los actores productivos del municipio. Sin embargo, Báez cuenta que a pesar de ello las diferentes organizaciones comunitarias han aplicado varios métodos para llamar la atención de los involucrados en proporcionar las soluciones que necesita el municipio. Estas técnicas son las llamadas manifestaciones pacíficas.
“Hemos trabajado arduamente en llamar la atención; es un proceso que se ha tornado largo, pero no descansaremos hasta que se refleje en la comunidad lo que aportamos de manera directa a la economía”, dijo.
Estas organizaciones se han apostado en varias ocasiones frente al Palacio Nacional, reclamando la atención a sus demandas. Además, piden al Gobierno que investigue las acciones que ejecuta desde el 2011 el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), ya que consideran “absurdo” el proceso de venta de los terrenos y las instalaciones del ingenio Río Haina, a la empresa privada Terminal Granelera del Caribe.
CODINHA
El consejo para el desarrollo Integral de HAINA. Es una entidad sin fines de lucro, compuesta por las principales instituciones del municipio.
Fue creado con la finalidad de unificar criterios y acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de los munícipes de la zona.
Para alcanzar los retos propuestos por la entidad, se pretende desarrollar un proceso integrador, participativo, educativo, y de búsqueda de consenso sobre la base más conveniente y beneficiosa para la población, sin detrimento de los demás actores.
Para lograr el cometido la organización cuenta con el apoyo del ayuntamiento municipal, la Unión de Juntas de Vecinos, Asociación Dominicana de Profesores, Casa de la Mujer, Sindicato de Periodistas, Asociación de Comerciantes Detallistas, Casa de la Cultura, Bloques de Trabajadores Portuarios y Unión de Trabajadores Metalmecánicos, entre otros.