Al momento de pensar en realizar la cena de Nochebuena, los francomacorisanos optan por visitar el mercado municipal para abastecerse de los principales alimentos que necesitan. Luego de los efectos de la pandemia del covid-19 sobre la actividad comercial en todo el país, los mercaderes consideran que las ventas “van flojas” o regulares y que la compra de los consumidores era mayor en años anteriores.
“Las ventas han estado flojas. Aunque el año anterior ha sido de pandemia, había más personas. No sé si es que ha habido más flujo de personas en los supermercados, porque en el mercado hemos tenido el problema de la basura y el problema de los parqueos”, explica Mariely Arias, una vendedora que cuenta con una pequeña surtidora en la que vende algunos alimentos a granel, además de contar con un estante fuera en el que tiene disponibles ponches, frutas navideñas y dulces de temporada.
Miguel Pérez, quien tiene un puesto de vegetales dentro del mercado, ha observado que la situación económica luego de la pandemia ha mermado la capacidad adquisitiva de los consumidores, una situación que coloca en una encrucijada a los vendedores, quienes dependen de la mercancía –perecedera– para ganarse la vida.
“Nosotros esperamos que esto mejore a partir de enero. Quizás con mejores productos, que el Gobierno ponga a la gente a trabajar, a producir y que pueda venir a comprar los fines de semana al mercado para nosotros poder subsistir mejor… pero mientras tanto, estaremos aquí presos”, dice, lamentando de que las autoridades hablen de una mejora en la economía traducida en millones de pesos “que no se ven”.
Regulares han sido las ventas para Vicente, un señor que vende plátanos maduros entre RD$5 y RD$7 durante este 24 de diciembre. Se mantiene pesimista sobre su propia situación económica para el próximo año, ya que “enero y febrero son meses duros para los comerciantes”, porque los víveres comienzan a escasear, aunque espera poder sortear esta situación como lo ha hecho en años anteriores.
Sin embargo, otros mercaderes han tenido una experiencia de ventas más positiva. Fernando, quien tiene una mesa de vegetales en las afueras del mercado, en la calle Castillo, considera que el dinero “anda en la calle” y que ha podido vender “entre RD$20,000” hasta “RD$40,000” durante este mes de diciembre. “Ha habido una gran armonía y se ha movido el dinero. Comparando con el año pasado, creo que me ha ido mejor”, dice, expectante a que el resto del día termine de ir mejor.
El mismo entusiasmo mantiene Marcial Frías, quien califica como “muy buenas” las ventas que ha tenido en la pollera que maneja desde hace décadas frente al mercado, en la calle Salomé Ureña. Sus precios oscilan entre RD$50 y RD$65 la libra y entiende que la situación económica de los mercaderes dependerá mucho de su propio manejo financiero.
“Como no bebo, ni juego, ni fumo, ni ando (dando) dinero por la calle, lo poquito (que me gano) me da para vivir. Si todo ser humano controlara lo que consigue y no lo gastara en la calle en bebida y en corrupción, le rindiera”, reflexiona.