Desde las primeras horas de la mañana y entrada la tarde la afluencia de personas en las aceras, avenidas y locales comerciales ha sido notoria en San Francisco de Macorís, una de las ciudades del nordeste con mayor actividad comercial, sobre todo durante la temporada navideña.
Aunque muchos comerciantes y mercaderes reconocen que la “economía ha mejorado” en comparación con las restricciones y limitaciones vividas por la emergencia sanitaria del covid-19, los consumidores comparten una perspectiva diferente, tras sentir en sus bolsillos el peso de la inflación y observar cómo muchos de los productos de primera necesidad han aumentado su valor en comparación con años anteriores.
“Yo estoy desde tempranas horas de la mañana y hace poco fue que pude salir. Todo está muy caro, (pero) uno hace lo que puede para sobrevivir”, afirmó una señora de unos 70 años a la salida del supermercado Gran Porvenir, uno de los negocios del centro de la ciudad que mantiene largas filas de clientes, a la espera de pagar por sus compras.
Valentina, quien se encontraba esperando un taxi para montar sus compras en el frente del supermercado, comparte la misma queja. “Yo vine desde el mercado y había una fila demasiado grande. Además, todo caro, hasta las papas y las zanahorias que son cosas que uno utiliza mucho, todo eso está más caro”.
Dijo que piensa hacer una comida más modesta en este año que contenga solo un moro de guandules, una ensalada mixta y carne de pollo. “(Eso y nada más, porque no me dio para más nada, y forzado (que lo hice)”, lamentó.
Por su parte, Reinaldo Taveras narra que hace mucho “no jode” con cenas navideñas. “Le diré a mis vecinos que me inviten”, explicó. En relación a los precios, entiende que “variado mucho a diario” y que no hay un control con eso. Ve con cierto optimismo que esta situación mejore para el próximo año. “La economía de los ricos mejora siempre a un cien por ciento, pero la de los pobres no”, manifestó.
Alejandra, quien salió de una surtidora en el mercado municipal, también dice que la situación “está mala” para los consumidores y que notó los mayores incrementos de precios en las carnes y en las frutas navideñas, que aumentaron “el doble” en comparación a otros años.
Para José, quien salió del Supermercado Yoma de la calle Salcedo, esquina Cruz, su experiencia de compra resultó más tranquila en comparación con años anteriores. “El 24 (suele estar) más congestionado y vi (todo) normal lo que indica que, o que la cosa está muy cara o que la gente hizo compras previas -cosa que dudo-, por lo que los precios pueda ser que estén un poco (más) elevados y (que) no haya diferencia realmente”, expresó.
Espera que este desequilibrio mejore para el 2022, porque entiende que la pandemia ha incidido en que los costos de los productos de la canasta básica se hayan inclinado al alza.