Entre los “hacedores de opinión pública” de República Dominicana muchas veces se produce una especie de doble moral en las expresiones de preocupación por determinadas situaciones.
Es el caso del fideicomiso público para la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC), que recibió tantas críticas, muchas de ellas distorsionadas, hasta el punto de hacer que el presidente Luis Abinader, prácticamente, desistiera de su aplicación, pues lo ha puesto en un escenario de discusión donde se podría tomar mucho tiempo sin saluda satisfactoria.
Sin embargo, ninguno de esos opinadores preocupados ha expresado interés en saber cómo se está administrando esa importante planta eléctrica estatal en la actualidad. El 28 de octubre, hace más de tres meses, el presidente Abinader destituyó a su administrador, Serafín Canario. No se saben las razones, pero tampoco se colocó a nadie en su lugar. Entonces, ¿Quién y cómo están administrado las plantas de Punta Catalina?