[dropcap]T[/dropcap]omar prestado no es mal siempre que esos recursos se utilicen en actividades productivas, o sea, en sectores que devuelvan con creces lo invertido. Para lo que no se puede tomar un crédito, a pesar del bombardeo a que es sometido el mercado, es para irse de vacaciones.
Esta misma fórmula es la que debe aplicar República Dominicana con relación al crédito que toma para diversas obras. Hasta ahora, salvo las excepciones, la política de endeudamiento del país parece encaminarse por un sendero de tranquilidad.
Sin embargo, la prudencia siempre será una buena consejera. El país debe mirarse en el espejo de Puerto Rico y Grecia. Poco a poco se fueron endeudando hasta que llegó el momento en que los acreedores, que provocaron a sus gobiernos a tomar créditos hasta para hacer aceras y contenes, cerraron el canal.
El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, reveló la semana pasada, durante la presentación del Informe Preliminar de la Economía Dominicana 2015, que su temor era que la deuda total finalizara el año en 50% respecto al producto interno bruto (PIB). Pero no quedó muy lejos, finalizó en 46.6%, a escasos 3.4 puntos porcentuales, o sea, menos de RD$130,000 millones. Para darle sostenibilidad a la deuda es necesario tener superávit primario.
¿Qué es el superávit primario? El CREES lo define como la diferencia entre los ingresos menos los gastos del gobierno, sin incluir el gasto en intereses de la deuda pública. En otras palabras, si los ingresos fiscales son superiores a los gastos no financieros, el gobierno tiene un superávit primario, de lo contrario, un déficit primario.
La capacidad de pago de la deuda de un país, que quiere decir la manera de hacerla sostenible, se percibe mejor cuando se compara el porcentaje que representa el servicio de la deuda de los ingresos del gobierno.
La deuda del sector público no financiero (SPNF) totalizó US$23,803.8 millones, representando el 36.2% del PIB (base 2007). El saldo está compuesto en 65.9% por deuda externa, la cual presentó un saldo insoluto de US$15,676.5 millones, mientras que el 34.1% restante corresponde a deuda interna, US$8,127.3 millones.
En 2014 se presupuestaron RD$71,465.6 millones sólo para el pago de intereses. El año pasado fueron RD$88,017 millones, lo que indica un aumento absoluto de RD$16,552 millones, un 23.2% sólo en esta partida.
Las autoridades sostienen que gran parte del financiamiento que se ha tomado ha sido para pagar deuda y bajar el costo de los intereses. Sin embargo, la gente no lo ve así. Y esta perspectiva tiene mucho de razón si se observa que el Presupuesto, que es el principal instrumento de desarrollo de un país, tiene una parte importante sustentada en deuda. El desarrollo real se logra incentivando los sectores generadores de riquezas y bienestar, que son los que al final de cuentas hacen derramar el crecimiento económico a través del empleo de calidad.