Las tendencias políticas en Latinoamérica suelen oscilar, según la opinión de muchos, en un conflicto entre aquellos candidatos situados a la derecha en el espectro político y otros del lado izquierdo. Si bien es cierto que las tradicionales distinciones entre la “derecha” y la “izquierda” fueron minimizadas durante mucho tiempo, en los últimos años se ha podido observar el nacimiento de un nuevo movimiento populista que se tilda de izquierda, y su impacto en Latinoamérica se está empezando a sentir a nivel regional.
La más reciente ola de elección de candidatos de la “izquierda” data del año 2019, cuando Nayib Bukele resultó electo como presidente en El Salvador. Si bien es cierto que la izquierda de antaño se centraba básicamente en propuestas de redistribución económica y social, y el movimiento actual no escatima este tema, lo interesante de Bukele fue que una parte importante de su discurso se centró en aspectos que usualmente son de índole conservador, principalmente el tema del combate contra el crimen.
Si bien Bukele ha sido el primer ejemplo de una nueva ola de candidatos de la izquierda, su auge también se sitúa dentro de una situación sociopolítica particular de su país, en vista de los temas de inseguridad ciudadana que arropan a El Salvador; hasta tal punto que se pudiera decir que Bukele no resulta electo debido a sus propuestas socioeconómicas, sino porque marca una ruptura con la estructura política tradicional de ese país, en un momento en que la población buscaba nuevas respuestas por la situación particular que le arropaba.
En Chile, tradicionalmente un país muy conservador en América Latina, la elección de Gabriel Boric marcó un cambio en el rumbo de esa nación, especialmente en vista de que Boric realizó su campaña con un discurso abiertamente de izquierda. Sin embargo, su transición ha sido difícil y no ha logrado poner en marcha a plenitud su programa de gobierno, lo que ha tenido como resultado la rápida caída de su nivel de aprobación.
En otros dos países -Colombia y Brasil- la izquierda también pareciera estar a punto de conquistar la presidencia. En Colombia, Gustavo Petro, actual senador, exalcalde de Bogotá y antiguo guerrillero, promete una amplia inversión social y una “paz con dignidad”. Por su parte, el expresidente brasileño Lula da Silva también se perfila puntero en las encuestas, asegurando que ofrecerá nuevas oportunidades para aquellos con menores recursos.
Si algo podemos observar de todo lo anterior es que el fenómeno de la creciente “izquierda”, si se le puede denominar así, en Latinoamérica tiene un carácter eminentemente local, es decir, se presenta por situaciones particulares en cada país. No obstante, el elemento común, más allá de la tendencia política que esbozan, es que el país de que se trate está inmerso en un proceso de fatiga y ruptura ante los esquemas políticos tradicionales.
Ningún país en la región, incluyendo a República Dominicana, se puede considerar ajeno a este fenómeno. Es por esto que la sociedad debe trabajar de manera mancomunada para ofrecer respuestas concretas a todos los niveles económicos y así prevenir cambios bruscos y contraproducentes en la política nacional.