En la gestión gubermanental pasada había apagones, pero se programaban como “gestión de demanda” con horarios específicos en los llamados barrios carenciados.
Se estima que el suministro de electricidad era aproximadamente el 85% de la demanda real, ya que el restante 15% se traducía en apagones programados con horarios específicos.
Por eso, la población pobre, que no paga el servicio y recibe electricidad, no se quejaba de las interrupciones, ya que sabía que eran programadas en cantidad de horas y horarios específicos.
Durante la pandemia y con la llegada del nuevo gobierno, se decidió ofrecer luz 24 horas a todos los sectores por igual, lo que pagan y los que no pagan. Lo más fácil es acostumbrarse a lo bueno, por lo que ahora que hay una crisis, los sectores que están protestando son los de menos recursos, que es a quienes les están aplicando las interrupciones.
Tal vez sea momento de volver a reprogramar la “gestión de demanda”.