El ministro chileno de Hacienda, Mario Marcel, tranquilizó este viernes a los inversores extranjeros al asegurar que no se verán afectados por la reforma fiscal que presentó este viernes el Gobierno, y que busca ofrecer más seguridad a las familias chilenas y una distribución más equitativa en uno de los países más desiguales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Las principales reformas afectan a las grandes fortunas personales, en torno a un 3% de la población, que deberán pagar de forma equitativa y según los tramos. Las subidas comienzan a partir de quienes ganan más de €4,500 mensuales.
La reforma también incluye un nuevo impuesto para la minería, una de las principales actividades económicas de Chile, e impuestos correctivos que apuntan a promover la preservación del medioambiente.
Su objetivo, de acuerdo con el presidente Gabriel Boric, es equipar a Chile con los estados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y promover un desarrollo más sustentable a nivel financiero y social, con la economía verde como piedra angular.
“Los inversionistas extranjeros se mantendrán en el régimen tributario actual”, dijo el ministro sobre una reforma que sí cambia patrones en las grandes empresas chilenas, y en menor medida en las pymes.
Al hilo de este argumento, Marcel admitió que en Chile hay “una brecha importante, que se expresa en algunos componentes como la tributación de la renta personal y de la propiedad”.
Es una reforma “progresiva” y se basa en valores como “la equidad, la transferencia y la eficiencia”, además de “compromiso en el cumplimiento”, la corresponsabilidad y flexibilidad para adaptarse a la evolución y los cambios que impongan el futuro.
Recaudar un 4.3% más del PIB
“No busca separar al país entre buenos y malos”, sino generar recursos para financiar proyectos sociales, de descentralización, dijo Marcel tras subrayar que se ha llegado a ella después de meses de arduo trabajo para presentar estas propuestas para una reforma tributaria, que ocupa un lugar central en la agenda del Gobierno.
“Responde a la idea de un pacto fiscal que aporte al desarrollo del país, que modernice el sistema tributario y le dé más justicia, así como más eficiencia tanto en la recaudación como en el uso de recursos” y “busca generar recursos para financiar buena parte de la agenda de ampliación de derechos sociales, de diversificación de la productividad y descentralización, pero al mismo tiempo mejorar el sistema tributario”, recalcó.
La recaudación tributaria en Chile supuso el 19.3% del producto interno bruto (PIB) en 2020 según la OCDE, muy por debajo del promedio en Latinoamérica, 21.9% y de este propio organismo 33.5%.
Con la nueva reforma, Chile pretende incrementar la recaudación anual en un 4.3% del PIB, incluida el 0.7% de las ayudas a los más necesitados, aseguró el ministro.
El anuncio coincidió con la publicación del Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), que creció un 6.4% en comparación con mayo de 2021 y que muestra la moderación del crecimiento en Chile.