El atractivo de las playas conforma la principal propuesta turística y medioambiental de las islas en la región del Caribe. La diversidad de sus ecosistemas moviliza a locales y extranjeros que buscan disfrutar de la belleza natural, generándose, con ello, significativas ganancias que dinamizan estas economías, muchas de ellas dependientes de la actividad turística.
Sin embargo, hay otro tipo de visitante que frecuenta cada vez más los litorales costeros durante los veranos, cuyas huellas sobre la arena no son humanas, sino de carbono: el sargazo. Esta macroalga, que ha formado parte del ecosistema marino durante siglos, está creciendo en cantidades descontroladas desde hace más de una década debido a los desequilibrios producidos por el cambio climático.
La Universidad del Sur de La Florida ha documentado cómo el comportamiento reproductivo de esta alga ha ido en progresivo incremento. En su boletín mensual de monitoreo satelital del sargazo, estima que junio del 2022 “ha batido un nuevo récord” en la sobreacumulación, con una concentración de 24.2 toneladas. Esto supera en más de cuatro toneladas al mismo mes de 2018, considerado como el año en el que más sargazo hubo en el Caribe y en el Golfo de México en los últimos diez años.
Aunque en República Dominicana es difícil cuantificar el impacto del sargazo por la cantidad de toneladas que visitan las costas, la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos (Anamar) estima que alrededor de cuatro millones de toneladas de la macroalga ya han impacto, en lo que va de año, los litorales costeros de destinos turísticos como Punta Cana, Guayacanes, Boca Chica y Barahona, llegando incluso a desplazarse a provincias como Samaná y Montecristi, al norte del país.
El presidente de la institución, Jimmy García, subrayó que, aunque la problemática aún no ha desmotivado la llegada de turistas– que en junio ascendió a 644,861 extranjeros no residentes en junio y 3,547,142 en el primer semestre–, sí representa “un gasto muy alto para todos los hoteles, que tienen que mantener barreras y equipos de personas recogiendo el sargazo”. Pero ¿qué tanto impacta el sargazo en la economía?

Costos
Más allá de la desagradable experiencia de tener que cancelar un viaje o emprender la marcha en la carretera en la búsqueda de una playa limpia de sargazo, la sobreacumulación de la macroalga va más allá del disgusto y la salud de los seres humanos: Incide directamente sobre el mantenimiento del ecosistema marino.
El sargazo que sale hacia la superficie y se posa en la orilla de las playas comienza un proceso de descomposición en el que libera carbono, metano y otros metales pesados que pueden contaminar la tierra. Adicionalmente, los volúmenes de sargazo interfieren con la vida de otros ecosistemas. Cuando flotan durante semanas sobre el mar generan sombra, que representa un peligro para los arrecifes de coral, dependientes de la luz solar. Cuando llega hasta la orilla, ahoga a los peces e impide el nado de las tortugas que salen a la superficie para desovar.
“Los eventos provocados por el sargazo conducen a que el manejo público y privado realice acciones como la remoción física en las playas o tratar de bloquear su llegada a las líneas costeras”, señala el estudio “Los impactos económicos del sargazo en el Caribe”, realizado por el SarAdapt Project Report, que explica que el intento de cuantificar el costo del sargazo implica tomar en cuenta la mano de obra, los materiales y equipos que son utilizados, así como las pérdidas por los ecosistemas afectados.
La limpieza del sargazo costó US$120 millones a las economías del Caribe en 2018. Durante ese año, México–uno de los países más afectados–gastó aproximadamente US$17 millones para la remoción de 500,000 toneladas del alga y unos US$2.6 millones adicionales para retirar 85,000 en 2019, de acuerdo a este estudio.
República Dominicana carece de cifras oficiales sobre las pérdidas económicas generadas por el sargazo. Sin embargo, el costo de las tecnologías utilizadas para su recolección permite una aproximación de cuánto dinero se necesita para mitigar la llegada del alga a la arena.

Hasta el momento, dos empresas dominicanas trabajan en la prevención de la sobreacumulación del sargazo. Algea Nova es una iniciativa que propone un manejo integral del alga. “Tenemos las barreras que permiten que el sargazo no llegue a la orilla, la recolección por las barcazas diseñadas también por nosotros y la transformación, para la que hemos hecho tres alianzas estratégicas” internacionales, explicó el gerente general de Algea Nova, Manolo Despradel.
La empresa cuenta con dos barcazas que tienen una capacidad de recolección de 300 toneladas de sargazo al día en ocho horas de trabajo, alrededor de 200 metros cúbicos de esta alga, lo que les permite una cobertura de seis kilómetros de las playas privadas de las cadenas hoteleras Grand Palladium, Group Palace y Sanctuary, en Punta Cana.
Algae Nova ha invertido US$2 millones para la construcción de sus propias barcazas, realizadas en aluminio marino para evitar corrosión y abaratar costos de mantenimiento, aunque sus ejecutivos explican que el material resiste hasta 40 años si se le da el uso adecuado. “Esto es una inversión a largo plazo porque entendemos que el sargazo apenas comienza”.
Aunque la empresa no detalló los costos por sus servicios, solamente la tecnología implementada para las barreras antisargazo–que algunas empresas hoteleras prefieren costear de manera independiente– estimaciones indican que puede llegar a valer entre US$300 y US$500 por metro cúbico.
“Eso equivale de US$300,000 a US$500,000 solo para cubrir un kilómetro. Imagina la cobertura del área total de Punta Cana, que son unos 50 kilómetros. Estamos hablando de una inversión de US$15 millones solamente en la adquisición de la barrera, sin contar el costo de mantenimiento que necesita, puntualizó el fundador de SOS Carbon, Andrés Bisonó.
El empresario explicó que las barreras antisargazo, por sí solas, no impiden que el sargazo sobrepase las barreras y llegue a la orilla, por lo que necesitan de un método complementario para la recolección de las algas. que dirige trabaja bajo Módulos de Recolección Litoral (LCM). Esto es, pequeñas embarcaciones que cuentan con mallas y permiten hacer una recolección del alga que se encuentra flotando cerca de los litorales.
SOS Carbon trabaja con dos botes que cuentan con una capacidad de recolección de 300 metros cúbicos diarios. En 2021, la empresa reportó haber recogido 3.5 millones de libras de sargazo y, a la fecha, esta cantidad se ha elevado a siete millones.
¿Qué acciones se han implementado en el Gobierno para enfrentar esta problemática? En 2020, el Ministerio de Turismo y la Asociación Nacional de Hoteleres y Restaurantes (Asonahores) firmaron un acuerdo para crear el fondo de mitigación y el manejo del sargazo. La propuesta, con una duración de hasta cinco años, explica que tanto el sector público como el sector privado iban a aportar cada uno US$6 millones para la adquisición de barreras de sargazo en el país. Sin embargo, esta propuesta todavía aguarda por una licitación que permita la contratación de estas tecnologías, según confirmó Jimmy García a elDinero.
El titular de Anamar aseguró que el acuerdo “va a abarcar más dinero porque al principio, abarcaba 14 kilómetros de playa, pero, hasta donde tengo entendido, (ahora) está cerca de los 40 kilómetros” de playas en la región Este.