Este pasado martes 16 de agosto, el presidente de la República, Luis Abinader, ofreció un discurso a la nación con motivo del segundo aniversario de su ascenso al poder. El mandatario destacó los principales logros de estos 24 meses de gobierno, sobre todo los que se obtuvieron en materia económica y de control de la crisis sanitaria heredada.
Sin ser una pieza oratoria excepcional, y no tenía que serlo, el gobernante manipuló una gran cantidad de cifras, demostrando el dominio de todas las áreas funcionales de gobierno.
En efecto, la reapertura relativamente rápida de la economía dominicana, parece ser la punta de lanza de las actuales autoridades, mostrándose una expansión del producto interno bruto (PIB) de más de dos dígitos en 2021, y de 5.6% en el primer semestre de este año.
El excelente manejo de la pandemia originada por el covid-19 fue también resaltado por el presidente Abinader, lo mismo que las medidas para controlar las presiones inflacionarias que la guerra entre Ucrania y Rusia han generado en todo el mundo y, especialmente, en el país. El mandatario informó que se habían invertido, hasta este momento, alrededor de RD$42,800 millones para subsidiar, entre otras cosas, los combustibles, con lo cual se ha logrado mantener sus precios invariables desde marzo.
Obviamente, un sacrificio fiscal de esta envergadura ha provocado, además, que se afecte la inversión en infraestructura, por lo que Abinader manifestó que con estos recursos se pudieron haber construido cerca de 400 kilómetros de carretera.
El mandatario erró en el dato de que si no se hubieran aplicado las medidas para contrarrestar la inflación, esta hubiera alcanzado un 6% anual, cuando, de hecho, al mes de julio de 2022 está en 9.43% interanual y 5.48% en lo va de este año.
El discurso también fue aprovechado para enfatizar en la política de subsidios focalizados que mantenía el Gobierno, tales como los programas especiales de Inespre, el incremento de las transferencias a la tarjeta Supérate, el Bono Gas y la ampliación de las raciones de los Comedores Económicos, con una asignación de RD$14,540 millones.
La reducción de la deuda del sector público no financiero, con respecto al PIB fue otro de los temas resaltados, cuando dijo que bajó de un 49.7% en agosto del 2000 a 47.5% a junio de 2022. Obviamente, como se diría en buen dominicano, aquí hay un truco de cámara, pues lo que ha ocurrido es que el PIB ha venido aumentando, por lo que esta relación, si eso sucede, siempre tenderá a ser menor.
En esa misma línea, en su alocución Luis Abinader resaltó, además, el alto nivel de reservas internacionales de divisas que había logrado el Banco Central de la República Dominicana, obteniéndose un record histórico de alrededor de 14,500 millones de dólares.
Por igual, la apreciación de la tasa de cambio, que pasó de 59 pesos por un dólar a 53.80 pesos al día de hoy, es otro músculo que enseñó el presidente y que forma parte de los logros de su gobierno, en adición a la recuperación del empleo y a la reactivación sin precedentes de la actividad turística.
Al final, el presidente Luis Abinader se declaró restaurador de la salud, del empleo, de la producción, del turismo dominicano, de la ley y la justicia, así como del mantenimiento de la esperanza como elemento central de las expectativas de los dominicanos, “porque la esperanza es la única arma que tenemos para conquistar nuestro futuro”.