Durante milenios, el café ha sido un fiel acompañante de cada una de las experiencias humanas. El inicio de una jornada laboral, el reposo de un almuerzo provechoso o una cita con amigos quedan, a menudo, sellados con una taza de esta bebida, ya sea fría o caliente.
La afición por este fruto va más allá de apreciar su intensidad, textura o aroma. Es un hábito que empieza desde que la greca silba en la cocina de la abuela, una tradición compartida desde hace más de 236 años en los hogares dominicanos.
Este significado se transforma en la principal motivación de la familia Camilo Santos para pasar de la siembra y producción del fruto a la materialización de un negocio de café tostado y molido bajo el sello de Camilo Santos Café (Camsas).

“Este emprendimiento busca darle un valor adicional a nuestro producto base, a nuestro sustento, en el que tenemos involucrada a toda la familia”, manifestó el cafetalero Efraín Camilo González, quien se describe como un “emprendedor de la tercera edad”.
Junto a su esposa, sus dos hijos–uno de ellos especializado en catación de café– y ocho nietos, aprovechan los granos que cosechan en sus dos plantaciones en la Cumbre y Los Azules, en Salcedo, provincia Hermanas Mirabal. Con ellos, sacan adelante la marca en todas sus fases: desde la recogida, selección y procesamiento, hasta su envasado y etiquetado.
El emprendimiento, y las ganancias extras que ha generado, ha sido una de las formas en las que la familia Camilo Santos se ha vuelto más resiliente, luego de que sus plantaciones–con variedades como la caturra– fueran afectadas por plagas y enfermedades como la roya. “Tuvimos que abocarnos con variedades tolerantes y resistentes a la roya del café para no tener que usar productos químicos y fumigaciones de presión, que muchas veces trastornan la salud de los consumidores”.
En este momento, la producción pasa por un proceso gradual de siembra de nuevas variedades. “Aunque son muy exigentes en nutrientes, alimentación y cuidado, no menos cierto es que tienen una muy buena productividad. No estamos hablando de muchos quintales (ahora), pero estamos pensando en que, poco a poco, podamos tener una producción sostenible, que mantenga en el mercado una posición importante dentro del pequeño y mediano productor de café y suplirlo con nuestra marca y sus propiedades”.
Con sostenibilidad, Camilo González también se refiere al respeto por el medio ambiente. “Tenemos que cuidar y proteger las montañas, tiene que haber un proceso de inocuidad que le brinde al consumidor un producto seguro, de buen sabor y de buen aroma, para que sea degustado y se amplíe”.
Actualmente, Camsas Café distribuye sus productos en los comerciales Conuco–próximo al Museo Hermanas Mirabal– y La Casa del Queso, ubicado en la carretera Salcedo-Tenares de la provincia Hermanas Mirabal. De cara al futuro, el cafetalero espera poder extender hacia más negocios locales e internacionales el valor agregado de su finca y la preparación de un café que está constituido “sobre valores familiares y, sobre todo, por la pasión del café heredada por nuestros padres”.
¿Cómo se procesa el café?
Recolección: Para Camilo González, la calidad del café dependerá de esta primera etapa. Recomienda que esté totalmente maduro para este momento. “El café tiene que ser recolectado grano a grano y maduro, porque cuando está verde tiene imperfecciones que pasan a la taza”.
Tratamiento: Inmediatamente después de ser recogido, los granos deben ser despulpados para su fermentación. Generalmente, esto se da en tanques de almacenamiento donde los granos permanecen de 12 a 40 horas, tiempo en el que las bacterias y levaduras descomponen el mucílago–un tipo de sustancia viscosa parecida a la miel– y lo separan de las semillas. Estas se lavan concluido la fermentación para eliminar las mieles.
Secado: Fermentadas y lavadas, las almendras de café son puestas al sol y, una vez estén totalmente secas, se descascaran y se trillan, para luego tostarlas y molerlas. Camilo González resaltó que el éxito en las fases de cosecha y poscosecha en los momentos oportunos, dependerá también de las buenas características con las que cuente el suelo y el clima.
Datos del Ministerio de Agricultura muestran que la producción de café a nivel nacional ascendió a 356,840 quintales en 2021, para un aumento de 17,785 quintales respecto al año de pandemia, cuando se cosecharan 339,088 en 2020. Esto muestra que la producción ha registrado un ligero aumento aproximándose, en un 86%, a los 406,000 quintales registrados en 2018, el año en el que más se ha recolectado café desde la última vez que el rubro superó los 500,000 quintales en 2011.