La temporada de ciclones tropicales se arrecia, por lo general, entre mediados de agosto y finales de octubre, lo que hace necesario que las empresas diseñen un plan de protección ante estos desastres naturales que permitan asegurar la continuidad del negocio.
En ese sentido, las soluciones de centros de datos modulares prefabricados resultan de gran ayuda, ya que son sistemas de infraestructura física ya diseñados, preeensamblados y probados previamente paras este tipo de eventos. La infraestructura, lista para su instalación “elimina la costosa ingeniería, el ensamblaje, la instalación y la integración en el sitio de construcción”, asegura Martin Jiménez, directora de ventas de Datacenters Prefabricados para Schneider Electric en América Latina.
La ejecutiva resaltó que estos sistemas vienen con un centro de datos que les permiten continuar en casos de emergencia. Su capacidad para trasladarlo de un lugar a otro, en caso de ser necesario o de sacarlo al exterior, conectado adonde se necesite, es una garantía para empresas de todo tipo que buscan los mejores caminos para mantener sus operaciones ante cualquier eventualidad.
Los centros de datos modulares prefabricados son mucho más rápidos de implementar que los tradicionales “stick-built”, ya que la mayoría de los trabajos de instalación e integración se realizan en un entorno de fábrica controlado. Los módulos completos y acabados para energía, refrigeración y espacio de tecnología de la información (TI) se entregan al sitio, donde es relativamente simple conectar energía, hacer otras conexiones finales y ponerlas en funcionamiento.
El software de gestión de infraestructura del centro de datos (DCIM), en el caso de los centros modulares fabricados por Schneider Electric ya se encuentra preinstalado e integrado para proporcionar visibilidad en todo el centro de datos y mejorar la planificación y el rendimiento operativo. La empresa ofrece una velocidad de implementación hasta un 60% más rápida de lo que tradicionalmente suele tardar.
La región del Caribe suele estar entre las más impactadas en épocas de huracanes. Según una encuesta realizada por la Reserva Federal de Nueva York, un 77% de las pequeñas empresas de Puerto Rico sufrieron pérdidas como resultado del impacto de los huracanes Irma y María en septiembre de 2017. El gobierno de Puerto Rico estimó que el impacto de María sobre la economía de la isla fue de al menos US$43,000 millones.
Por su parte, un estudio realizado por el Banco Mundial (BM) y con la colaboración del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) señaló que los daños extremos, por ciclón en el país, podían exceder los US$1,997 millones (3.3% PIB), con una probabilidad anual de 5%.
Por estos motivos, resulta importante que las empresas se intereses en contar con un segundo plan para mantener seguros sus negocios a través de la inversión en centros modulares, que pueden resistir a cualquier inclemencia climática brindando confiabilidad, agilidad y eficiencia.