Hasta la fecha, el mercado parece obsesionado con el comienzo de la retirada de los estímulos por parte de la Reserva Federal. Cierto es que cuando Bernanke y sus chicos comiencen a reducir sus compras de bonos y activos respaldados por hipotecas, los tipos de interés hipotecarios a largo plazo comenzarán su ascenso.
sta situación, y la próxima subida de tipos de interés por parte de la Fed, que no está prevista hasta 2015, ha creado tensión en los mercados. Sin embargo, de acuerdo con David Weidner, de MarketWatch, son tres los verdaderos problemas que podrían descarrilar a Wall Street en las próximas semanas.
Presupuestos, cierre del Gobierno y posible impago
Durante los próximos días, el Congreso debe aprobar un proyecto de Ley que mantenga el gobierno en funcionamiento a partir del próximo 1 de octubre. En segundo lugar, el Capitolio debe ponerse de acuerdo para elevar el techo de la deuda o de lo contrario el país podría realizar impagos a partir del 15 de octubre más o menos. Además de incumplir sus obligaciones, el país podría enfrentarse a una nueva rebaja de calificación.
El mercado de vivienda esconde su lado oscuro
Los últimos datos económicos en el mercado inmobiliario son buenos. Las ventas de casas existentes subieron un 1,7 % en agosto a un máximo de seis años , según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios. Dicho esto, hay tendencias preocupantes. Por un lado, las ventas de nuevas viviendas cayeron un 13,7% en julio. Para muchos expertos, la ola de refinanciación ha terminado y eso significa que los grandes bancos de Estados Unidos van buscar desesperadamente ingresos.
Las empresas dudan y siguen sin invertir
Pese al repunte la renta variable, las empresas estadounidenses todavía son muy cautas. De hecho, las empresas retienen efectivo por valor de 2,2 billones de dólares desde el fin de la crisis financiera. De hecho, el año pasado cuando se supone que la recuperación estaba en marcha, echaron el freno a inversiones por valor de 500.000 millones de dólares, según el Instituto de Política Progresista.
Este descomunal depósito debería ser alarmante para los inversores. No se puede hacer crecer una empresa sin que ésta realice inversiones. Y las beneficios empresariales fueron planos durante el pasado trimestre salvo algunas excepciones: como la banca. Además, son cada vez menos los empresarios entusiastas sobre de la economía, según un estudio publicado la semana pasada por el lobby de directivos, Business Roundtable. Gran parte de esta preocupación deriva de la incertidumbre en Washington. (eleconomistamerica.com)