El Banco Central tiene como función principal mantener la estabilidad de precios. Para esto es fundamental que controle la cantidad de dinero en poder de la gente, ya que mucho dinero podría generar desequilibrios inflacionarios, devaluación de la moneda e incertidumbre.
Una moneda devaluada, además de inflación, podría beneficiar a los sectores generadores de divisas y los que reciben a través de remesas, pero tendrían el riesgo de que la inflación se trague los recursos.
En cambio, cuando hay menos dinero en poder de la gente, porque la política monetaria se haya vuelto restrictiva, puede ocurrir lo contrario: apreciación de la moneda, como sucede ahora, pero con la situación que enfrentan muchos que reciben remesas, pues también les rinden menos los dólares y euros que reciben. La economía es un juego del balance entre oferta y demanda.