El reciente comunicado de la Embajada de Estados Unidos, donde se insinúa que las autoridades dominicanas estarían discriminando a los inmigrantes con base en su color de piel, especialmente si son de raza negra, ha causado justificado disgusto entre prácticamente todos los sectores económicos, políticos y sociales de República Dominicana.
Sin embargo, no se puede decir que el documento en sí mismo implique una acción de injerencia del gobierno norteamericano en territorio dominicano. Esto así, porque el comunicado de Estados Unidos está dirigido a sus ciudadanos, no a la comunidad internacional en su conjunto.
Claro está, el hecho de hacerse público y de incluir esas insinuaciones, es obvio que aparenta otras intenciones, más allá que las de orientar a sus ciudadanos de raza negra al momento de visitar a República Dominicana. En todo caso, hizo bien el Gobierno dominicano en pedir una rectificación. Esperemos.