La región de América Latina y el Caribe ha representado una importante zona para que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) apoye con financiamiento proyectos orientados a garantizar la resiliencia y sostenibilidad de los agentes económicos de los países en los que opera.
En tres décadas, la entidad financiera internacional ha destinado más de €2,000 millones en créditos para la región del Caribe, de los cuales República Dominicana ha concentrado poco más del 25%, con €501 millones.
“Nosotros empezamos a trabajar en los 70 (en esta región) y aquí (en el país), en los 90, es decir, (ha recibido este 25%) en un período más corto”, manifestó el jefe de la Oficina Regional del BEI en el Caribe, Yves Ferreira, quien enfatiza que República Dominicana es el principal socio comercial que tiene en la región.
El ejecutivo reconoce la capacidad de recuperación de la economía y, aunque entiende que las tasas de interés dominicanas en la actualidad son “muy superiores” al promedio de las de América Latina en la actualidad, valoró las perspectivas que tiene el país en torno a generar un crecimiento más incluyente y sostenible de cara al futuro.
Esto, sobre todo, a través de su principal tejido empresarial: las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), a las cuales el BEI ha destinado el 30% del total de créditos otorgados (€149 millones) durante sus tres décadas de operaciones en el país. De estos fondos, más del 55.7% (€83 millones) se han canalizado a través de su principal socio local: el Banco Ademi.
30 años de trabajo conjunto

El presidente del Banco Ademi, Guillermo Rondón, describe como “un antes y un después” para la empresa que dirige el primer préstamo que concediera al BEI, de entonces unos 3 millones de ECU (la moneda que precedió al euro), a inicios de la década de los 90.
Esta facilidad–la primera operación del BEI con una institución dominicana y la primera orientada a microcréditos que hiciera la entidad en el mundo– le permitió a Ademi, que para ese entonces era una organización sin fines de lucro, extender su visión de ayudar financieramente a personas y negocios de los sectores más desfavorecidos desde otro plano: el de entidad de intermediación financiera.
Así, Ademi se constituyó en banco de ahorro y crédito en 1997, para lo cual contó con el 17% del capital semilla del BEI, quien más adelante se volvería el principal accionista de la institución financiera dominicana durante dos décadas. “(Desde entonces) han sido 10 acuerdos que hemos tenido con el BEI, algunos con más de un tramo, y han sido muchas personas a las cuales hemos tenido la capacidad de impactar con esos recursos”, resalta Rondón quien estima que los €83 millones en microcréditos que ha recibido del organismo multilateral deben representar unos RD$4,450 millones a la tasa actual.
Hoy día, Ademi cuenta con 74 sucursales en todo el país, emplea a 1,600 personas y maneja una cartera de créditos vigente de RD$14,000 millones, de los cuales el 70% (unos RD$9,800 millones) se destina a microcréditos, con un monto promedio de RD$70,000.
Tener un proyecto de negocio, tener cédula de identidad y solvencia moral son los principales requisitos que toma en cuenta Ademi, explica Rondón. El enfoque de ayudar a micros y pequeños emprendedores que quizás aún carecen de historial de crédito o de algún grado de formalidad hace que para la empresa valore más la voluntad del cliente de cumplir con sus compromisos que su capacidad de pago, además de las proyecciones que tenga ese negocio de crear empleos de calidad en los próximos años.
De cara al futuro, el BEI espera continuar apoyando con recursos, tanto a Ademi como a sus otros socios en República Dominicana, a impulsar la transformación digital y los proyectos verdes.

Préstamos
Aunque el presidente ejecutivo del Banco Ademi manifestó que las tasas de interés se ajustan a las condiciones del mercado–las cuales están sujetas a variación de las políticas monetarias actuales–, estimó la tasa promedio en un 26%.
Los acuerdos firmados con el BEI permiten facilidades de tasas más blandas, para las cuales se valora el riesgo tras cada solicitud y la contrapartida de que los fondos generarán un mayor impacto social de cara al futuro.
“El gran problema que tiene este sector (mipymes) no es el tema de tasas, es sobre todo el tema de acceso y eso es lo que le damos. Obviamente, mientras más barato (el préstamo), mejor”, manifiesta Rondón. Explicó que, si los negocios a apoyar con financiamiento tienen proyectos a favor del medioambiente o que incentivan la inclusión, existen condiciones de que puedan acceder a facilidades subsidiadas.