Este año 2023 comienza con panorama internacional muy marcado por la incertidumbre, con Estados Unidos, China y Europa enfrentando grandes crisis económicas, dejando a Latinoamérica y el Caribe subsistir con las presiones inflacionarias provocadas por el dólar y el euro, además de atender a los problemas que atañen a cada uno de estos países en su diario vivir.
Si bien es cierto que la inflación podrá ser menor en este 2023 que en el año pasado, no deja de ser una realidad que puede forzar a muchos países de Latinoamérica y el Caribe a entrar en una especie de desaceleración económica, puesto a que esta situación suele venir acompañada de un crecimiento económico paupérrimo.
Probablemente países como Argentina, Colombia y Chile experimenten contracciones anuales, es decir, reducciones generales de los bienes y servicios en mercados específicos. Por el contrario, Brasil y México posiblemente eviten estas contracciones, pero continuarán con recesiones técnicas leves y su crecimiento anual será mínimo.
República Dominicana
República Dominicana resalta como la gran excepción, ya que se proyecta como el país que más crecerá en la Región, y es debido a que las previsiones que se tienen sobre el crecimiento económico de nuestro país para este 2023 asciende a un 4.5%, de acuerdo con datos del Banco Mundial (BM).
Las razones por las que se pronostica lo anteriormente mencionado son el dinamismo en el sector externo frente al país, mayor diversificación del entramado productivo nacional, ajustes certeros en la tasa de política monetaria por parte del Banco Central para evitar fuga de capitales y mantener la estabilidad económica nacional. Al respecto, es importante resaltar la reciente liberación de recursos de encaje legal para la canalización de préstamos para la construcción y adquisición de viviendas de bajo costo, colocadas a tasas bastante blandas, persiguiendo mantener edificados a los agentes económicos y al público en general.
Además, las labores exorbitantes del mismo sector construcción y turismo, aportaron de manera conjunta una tercera parte del crecimiento económico que vivió el país en 2022, y que proyecta superar con creces en 2023, la industria y transporte. Por igual, hay que destacar que fruto de todo esto, se mantendrán estables los niveles de desempleo con tendencia a la disminución.
Desarrollo económico en Latinoamérica y el Caribe
Con precios más bajos en las materias primas, así como políticas monetarias y fiscales cada vez más estrictas, se fomentaría una desaceleración mundial que, a la vez, mitigaría el crecimiento en la Región, pese a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) proyectar un crecimiento del 1.3% para Latinoamérica y el Caribe.
Por igual, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé el mismo tipo de crecimiento, haciendo hincapié en que se percibe un malestar social en amplios sectores de Latinoamérica, que puede dar lugar a una desaceleración más pronunciada. El Banco Mundial tampoco difiere de las proyecciones del FMI y de la CEPAL debido a las altas tasas de interés, a la disminución del precio de las materias primas, al bajo crecimiento económico de China y al conflicto bélico ruso-ucraniano que aún sigue afectando a todo el mundo de manera directa e indirecta.
Y no es para más, a medida que se debilite el crecimiento de los países que son socios comerciales en la Región y aquellos que fungen como líderes mundiales en temas económicos y, estos empiecen a tomar decisiones para contrarrestar los efectos a la integridad sus sistemas financieros, repercutirá en los países latinoamericanos con más fuerza de lo normal, endureciendo así sus condiciones financieras.
Conforme a que el crecimiento no retorna a los niveles previos a la pandemia del Covid-19 y a que la desigualdad social se agudiza, los riesgos de una recesión y deterioro fiscal impulsado por las presiones políticas y sociales siguen aumentando.
La nueva política y la economía en Latinoamérica y el Caribe
Los factores políticos siempre han llevado estrecha relación e influencia con la evolución económica. Quizás podemos esperar que el acontecimiento más grande para este año en la Región sea ver que tan exitoso o no sean los gobiernos que han surgido mientras lidian con serios problemas macroeconómicos, políticos y migratorios, en sus intentos de abordar las promesas a la población votante.
Conjunto a esto, tenemos el resurgimiento de gobiernos de izquierda, que eventualmente implicaría mayores cargas fiscales, la poca probabilidad que estos gobiernos den continuidad a las expropiaciones generalizadas y a renegociaciones de contratos realizadas por sus predecesores y tendencia a que la gran mayoría de estos gobiernos no tenga el control de sus congresos legislativos, reduciendo así el alcance y diluyendo las políticas anti empresariales, con excepción de México.
Probablemente uno de los mayores desafíos que atañe a los gobiernos de izquierda de la Región es conciliar las demandas de la mayor parte de la población con los intereses de inversores privados y las elites políticas. Y, viéndolo desde un punto de vista de las políticas sociales, es fundamental fomentar la inversión y la productividad, la creación de empleos, reducir la informalidad y la desigualdad; siempre apoyándose en la adaptación y mitigación de riesgos, así como buscando nuevos vehículos jurídicos-financieros que permitan logran estos cometidos.
Inflación…
Frente a la inflación como tal, si el mundo no sufre de cambios bruscos y atípicos como hemos experimentado durante los últimos 2 años, la estimación es que las principales economías de Latinoamérica y el Caribe, excepto Colombia, comenzarán a recortar las tasas de interés en la segunda mitad del año. No obstante, las condiciones para colocar financiamientos en general, seguirán siendo muy restrictivas.
A medida que el crecimiento económico siga inclinándose más por la desaceleración, los precios de las materias primas sigan debilitándose, y los alimentos y energía logren volver al punto de partida, probablemente la inflación en Latinoamérica y el Caribe cierre en un 4.1%, es decir, la mitad en la que incurrimos el año pasado.