La transparencia, el manejo especializado de los fondos y la facilidad para su administración son algunas de las ventajas de que los proyectos públicos se gestionen a través de un fideicomiso, indicó Joel Santos, quien aseguró que este instrumento evita “muchos errores” a la hora de manejar los recursos del Estado.
Citó como ejemplo la obra de Punta Catalina, considerando que esta infraestructura de generación energética debió ser gestionada a través de este mecanismo, que no sustituye los roles del Estado al frente de las obras.
“En un fideicomiso público, la deuda es pública (…) la estructuración permite que el Estado no necesariamente sea el garante, sino que la estructura de los fondos es la garante”, explicó el ministro.
Al dar las palabras de apertura al seminario “Fideicomiso público: experiencias internacionales para el desarrollo de políticas públicas”, organizado por Banreservas, el funcionario manifestó que esta herramienta permite la especialización de los fondos, por lo que “es difícil que se destinen a otra cosa”.
Consideró que esta figura financiera aporta mayor flexibilidad a las inversiones públicas, además de fortalecerlas y perpetuarlas.
Obras
Santos enumeró algunas de las obras de importancia que cuentan con un fideicomiso para su ejecución, tales como el teleférico y el monorriel de Santiago, el proyecto Ciudad Juan Bosch, el Plan de Desarrollo Turístico de Pedernales (ProPedernales) y un plan de construcción de viviendas de bajo costo.
“Los fideicomisos no están limitados a transporte, vivienda o a grandes desarrollos turísticos, sino que existen otras oportunidades mediante los cuales el Gobierno puede seguirlos fomentando”, aclaró.
En ese sentido, enfatizó la importancia del desarrollo de este tipo de actividades, ya que permiten “una discusión profunda de un tema fuera de la política, porque lo que no podemos hacer es politizar este tipo de discusiones”.
“Aquí se está discutiendo el futuro económico de nuestro país”, remarcó.