El sector camaronero de Ecuador, uno de los productos estrella de exportación del país, reportó este lunes unas pérdidas de más de US$10 millones por el terremoto de magnitud 6.6 ocurrido el sábado, en el que perdieron la vida 15 personas.
La Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) de Ecuador indicó en un comunicado que el sismo, con epicentro situado en el golfo de Guayaquil, provocó el colapso parcial en muros de camaroneras ubicadas en la sureña provincia de El Oro, fronteriza con Perú.
“El perjuicio supera los US$10 millones en pérdidas, porque los muros deben reconstruirse en su totalidad, lo que implica vaciar las piscinas en las que se cultiva camarón para realizar la intervención”, indicó el gremio acuícola.
A esto se suman las afectaciones en los servicios de agua, energía eléctrica y problemas en las vías de segundo y tercer orden en algunas zonas de la misma provincia de El Oro, la más afectada por el movimiento telúrico.
Por otra parte, en la provincia del Guayas (suroeste) se evalúan unas fisuras en infraestructuras de camaroneras ubicadas en el sector de Chongón, con el objetivo de identificar la magnitud de los daños y cuantificarlos, por lo que la CNA cree que el balance de daños en el sector aumentará en las próximas horas.
El terremoto se sintió en gran parte de Ecuador, donde se registran catorce fallecidos, entre ellos uno de nacionalidad peruana; y también en el norte de la costa de Perú, donde murió una niña.
Además, en el territorio ecuatoriano se reportan cerca de 500 heridos y 90 viviendas destruidas, mientras que en Perú se registró un herido y cinco viviendas colapsadas.
El próximo 16 de abril, Ecuador recordará el séptimo aniversario de uno de los terremotos más destructivos de su historia reciente, de magnitud 7.8. Ese fenómeno natural, ocurrido en 2016, dejó más de 670 muertos, miles de afectados, así como millonarias pérdidas materiales.
El gremio de acuicultores de Ecuador recordó que en el terremoto de 2016 las pérdidas productivas superaron los US$150 millones para los productos no petroleros de exportación, y uno de los sectores más afectados fue el camaronero que se ubicó en las zonas de Manabí y Esmeraldas.
Según cifras de la Cámara Nacional de Acuacultura, la reactivación en estas zonas costó más de US$40 millones y varios años al golpear zonas que suponían entre el 8% y 10% de las exportaciones ecuatorianas de camarón.