A nadie le gusta que lo fiscalicen, y lamentablemente, en nuestro país hay una cultura de “yo no quiero que me apliquen una regla a mí’” Con esas palabras inició su participación el presidente de la junta directiva de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (Anje), Jaime Senior.
El ejecutivo se expresó en esos términos durante el Seminario de Derechos Económicos Aplicados, una Panorámica Nacional y Global de la Economía, realizado por el Defensor del Pueblo junto a elDinero, donde agregó es un tema “que hemos tenido que venir luchando por mucho tiempo”. No obstante, afirma que la actitud dentro del sector empresarial ha cambiando.
“Yo no quiero que a mí me ponga ningún tipo de restricción a mi actividad empresarial. Quizás eso era una actitud que estaba presente en los años 70, 80 y 90. Pero entrado ya los años 2000, ha habido un cambio muy importante en la cultura empresarial Dominicana”.
Jaime Senior
En ese sentido, dijo que el país ha tenido una serie de reformas legislativas “que de alguna forma”, han establecido criterios y normas que catalogó de “más claras” para la conducción de negocios, pero que también establecen más limitaciones, a la vez que ha dado la potestad del Estado de fiscalizar y delimitar la actividad.
En ese sentido, señaló que el sector empresarial se ha dado cuenta que tener tanto reglas claras como reguladores que tienen que obedecer, una serie de principios, y otras autoridades que los limitan “es algo positivo”. A su entender, es algo que ha dado lugar el crecimiento económico de que la República Dominicana ha tenido durante los últimos años.
“Realmente hemos sido un país lumbrera en todo el mundo. No solo en América Latina, sino en todo el mundo. Por el crecimiento económico que hemos logrado y de alguna forma le tenemos que dar la gracia a ese marco normativo que hemos venido avanzando durante los últimos años”, aseguró.
Para Senior, desde su posición en el sector empresarial joven, tener reglas claras, “es bueno para saber que sí y que no”. Según detalló durante su participación, la eliminación o reducción de la discrecionalidad regulatoria es sumamente importante para eliminar, por un lado, las trabas burocráticas, y por otros, para erradicar la corrupción administrativa.
“En la medida que hay que hay reglas que son más claras, hay menos espacio para que pueda ocurrir los actos que tenemos, que son lesivos a la competitividad nacional”, destacó. Asimismo, detalló que los más perjudicados (sin reglas claras) son los jóvenes empresarios. “Son los que están trayendo ideas innovadoras, propuestas, nuevas empresas en crecimiento”, añadió.
Lamentó que los emprendedores no gozan del mismo poderío que otros grandes empresarios pueden tener. “Yo creo que podemos resumir y decir que tanto desde la óptica del gran empresariado, como los pequeños en crecimiento, las reglas claras son positivas”, destacó.
Invitó a centrarse reducir la informalidad. “Hay que crear las condiciones para que las pequeñas empresas entiendan por qué debe formalizarse, porque es insertarse dentro de ese marco jurídico, les conviene jugar por las reglas porque te estás protegido por un sistema judicial, por un Estado. No un Gobierno, porque el Gobierno cambia, pero el Estado perdura. Ese Estado que te va a proteger si tú te formaliza”.
Finalizó destacando que el país debe trabajar para que los empresarios entiendan cómo el crecimiento económico es parte de la formalización. “En la medida en que podemos crear esos incentivos para reducir la informalidad, vamos a poder continuar creciendo como economía”.