Aquí la cifra: para el 29% de las personas la sostenibilidad trata de proteger el medio ambiente, mientras que un 20% considera que es un estilo de vida, indica el estudio “The truth about a well world”.
El cambio climático afecta al mundo entero, y países vulnerables como República Dominicana están en primera línea en sentir los efectos. Esta acción conlleva a las empresas incluir la sostenibilidad en sus operaciones.
Así lo afirmó la presidente de la Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (Ecored), Dania Heredia. “La sostenibilidad va más allá que reforestar y limpiar playas, es transformar las acciones de las empresas y organizaciones con una visión de proteger el entorno natural”, expresó.
Las pérdidas anuales provocadas por el cambio climático ascenderán a US$22 billones para el 2050, lo que representa el 10% de la economía de la región del Caribe, indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La toma de medidas se vuelve fundamental. De acuerdo con la ejecutiva, las empresas se están enfocando en incluir en sus prácticas los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para disminuir su huella ambiental en el planeta Tierra. Sin embargo, para lograrlo, se necesita la promulgación de políticas públicas que aboguen por la preservación de los recursos naturales y garanticen el bienestar social.
La sustentabilidad con objetivos medioambientales, sociales y de prácticas orientadas a disminuir su impacto en el planeta Tierra. Esto conlleva inversiones a corto, mediano y largo plazo en la transformación de sus operaciones, lo que les permitirá subsistir en el tiempo.
Y no es para menos. El ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Miguel Ceara Hatton, estima que la inversión necesaria para adaptarse a los efectos climáticos “ya inevitables” representa entre una cuarta y sexta parte de los costos anuales de estos efectos. El funcionario los estima entre US$17,000 millones y US$27,000 millones cada año.
Entre 1970 y 2008 las pérdidas económicas acumuladas por los efectos del cambio climático en la región de América Latina y el Caribe superan los US$81,435 millones. En tanto, para países del primer mundo, como España y Portugal, representaron un costo de €39,617 millones entre 1980 y 2013.
Esta realidad plantea un desafío para el Caribe ya que la sostenibilidad, y también la inversión con impacto social, ya no son una elección, sino una obligación, y es el principal reto al que se enfrentan las compañías.
“El Estado dominicano junto a las empresas privadas deben trabajar unidos para guiar sus acciones, operaciones y prácticas hacia la sustentabilidad, lo que disminuirá el impacto en el planeta Tierra”, dijo.
Si bien la sostenibilidad es la palabra clave para determinar cuáles empresas sobrevivirán al cambio climático, para la ejecutiva, la educación es esencial para combatir el cambio climático. “La humanidad está preocupada por sus acciones, sobre todo, por el cambio climático y sus efectos colaterales en la producción de bienes y servicios. Los consumidores se informan y se educan antes de adquirir un servicio”, explicó.