Siempre que se hace referencia a la reducida cantidad de dinero que recauda el Gobierno, a través de los impuestos existentes, se dice que ese ingreso (presión tributaria) es bajo como porcentaje del producto interno bruto (PIB). Y no deja de ser cierto que la presión tributaria aquí equivale a alrededor de un 14% del PIB. En teoría, debería ser un 18% como poco.
Sin embargo, no es que la presión tributaria sea baja, pues de manera individual, los ciudadanos y las empresas pagan mucho más de un 14% de sus ingresos en impuestos.
Lo correcto es decir que la presión tributaria resulta en 14% del PIB y no es de un 14%. Este bajo porcentaje se debe a que su muchos los sectores que gozan de exenciones injustificadas, mientras un alto nivel de informalidad agrupa a generadores de riquezas que no pagan impuestos. Si más personas y empresas pagaran impuestos, la presión tributaria sería más altas, sin aumentar las tasas a los que ya pagan.