La industria creativa y cultural representa una oportunidad para generar nuevos puestos laborales en República Dominicana. De hecho, el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) registra 8,155 empleos generados por la actividad manufacturera de edición, grabación e impresión hasta 2022.
La serigrafía consiste en la impresión de documentos e imágenes sobre cualquier material, es decir, en transferir una tinta a través de una malla tensada en un marco. Se destaca de las demás técnicas porque proporciona la facilidad de trabajar en altos volúmenes de mercancías, lo que disminuye costos de operación.
La mayoría de los negocios de serigrafía y sublimación se emprende desde los hogares. La Oficina Nacional de Estadística (ONE), destaca que el 46.2% de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) están compartidas con la viviendas.
El presidente de la Asociación Dominicana de Industrias Gráficas y Afines (ADIGA), William Calderón, afirma que casi el 85% de los socios, que son de cerca de 1,400, corresponden a mipymes. Estos deben pagar una cuota mensual que oscila entre RD$800 y RD$1,500, dependiendo del tamaño de la empresa.
Refiere que el reto que aún enfrentan es la formación técnica de los emprendedores. Además, la dificultad para acceder a créditos para la compra de nuevas tecnologías. “Si se compra una máquina, tú tienes que ser tu propio garante”, indica.
La tecnología ha sido clave para impulsar el desarrollo de los negocios de serigrafía y sublimación. Y es que, ha transformado la manera en la que se realizaban los procesos, por ejemplo, antes los diseños eran hechos a mano, mientras que en la actualidad se trabaja mediante programas.
Emprendimiento
Tras 12 años trabajando en distintas empresas en el mundo de las artes gráficas y alcanzar los puestos más altos en el área, Carmen Martínez decidió independizarse. Desde enero de 2023 inició su negocio (Rey Cat) de serigrafía, sublimación y bordado con una inversión de RD$300,000. “No volvería a trabajar para nadie. Estoy mejor ahora que cuando estaba laborando en un puesto de oficina”, asegura.
Los costos de los artículos varían dependiendo de la solicitud del cliente. Por ejemplo, realizar un trabajo para 50 camisetas serigrafiados, su valor promedio es de RD$275 cada uno, lo que significa un total de RD$13,750. Las tazas personalizadas cuestan RD$550, mientras más cantidad menor el precio. Si es para 30 unidades, con un mismo diseño personalizado puede costar RD$250 la unidad, una diferencia de RD$300.
Expone que los días con ventas altas pueden ascender entre RD$70,000 y RD$100,000, pero un día “flojo” puede ser RD$9,000. Su catálogo va desde la venta personalizada de camisetas, gorras, tazas hasta el manejo de redes sociales.
La idea de emprender un negocio de Josanli Quintana, propietaria de JL Grafic, surge al ver las oportunidades que presenta este trabajo en el mercado. De acuerdo con la comerciante, los elementos que necesitan para emprender en la serigrafía son: el marco, emulsión fotosensible, películas de diseño, tintas, rasquetas, estación de impresión y un secador.
Su primera inversión fue por un monto de RD$100,000. Indica que el día que mayores ventas obtiene oscilan entre RD$35,000 y RD$40,000 y otros días puede ser menor a RD$10,000.
El MICM muestra que la evolución anual de las ventas de edición, grabación e impresión registró un crecimiento interanual de 3.1% en promedio en los últimos 12 años. En 2010, la cifra se ubicó en RD$14,591.1 millones y en 2022 alcanzó los RD$20,587.6 millones. Esta cantidad se traduce en un aumento de un 41%.
Al analizar los datos entre 2021 (RD$18,311.2 millones) y 2022 (RD$20,587.6 millones) se registró una variación de un 12.4%. En cuanto a la evolución anual de las recaudaciones, presenta un crecimiento interanual de un 2.2%. Para el 2011 el monto era de RD$1,353.7 millones, mientras que en 2022 la cifra se ubicó en RD$1,692.1 millones. Esto significa una variación de un 24%.
Este subsector está compuesto por 1,396 industrias, de las cuales, el 99.9% son de manufactura local, mientras que sólo dos pertenecen al régimen de zonas francas.
A diferencia de los demás emprendedores, el propietario del Proyecto Midas, Lenin Ramírez, comenta que empezó sin capital.
Inició el emprendimiento desde su casa hace 15 años, junto a su esposa, con la técnica de serigrafía en el que primero se dedicó a personalizar camisetas y polos.
Explica que un día le hizo una propuesta de trabajo a la promoción de un colegio y que el diseño que mostró les gustó y para lograr hacer el trabajo subcontrato una empresa para que le facilitara esa mercancía que no podía costear. No obstante, con el 50% del avance del dinero que depositó el colegio, el cual ascendió a RD$180,000, compró los materiales. Con las ganancias obtenidas de este trabajo fue reinvirtiendo en su negocio, lo que permitió el crecimiento y expansión hacia un local.
Al tiempo de estar establecido en el mercado trató de buscar financiamiento en una entidad financiera para impulsar el desarrollo de su negocio, pero indica que fueron varias las trabas para dárselo. La cantidad que le ofrecieron fue RD$35,000, lo que consideró “no significativo” para el monto que necesitaba, por tanto, lo rechazó.
“Los elementos necesarios que no pueden faltar a la hora de emprender es la voluntad y la disciplina. Con esto no es que las cosas caminan solas, pero se avanza”, afirma.
Según indica el emprendedor los artículos con más salida son los t-shirts que tienen un costo de RD$350. A este le sigue el polo (RD$580) y las bolsas de papel por RD$1,800 (50 unidades).
Ramírez explica que si el marco tiene un valor de RD$1,000 revelado, ese costo se transfiere a 100 unidades y sale por RD$10. Pero si se divide los RD$1,000 en tres productos, el costo del artículo se eleva.
Estrategias de ventas
Si bien en el mercado cada día hay mayor competitividad, los emprendedores indican que para estar a la vanguardia se mantienen pendientes a nuevas técnicas, actualizando sus redes sociales, ofreciendo productos que atraigan a los clientes y dándole un toque característico a través de su arte y servicio al cliente.
Los comerciantes coinciden en que los pros de este emprendimiento son: los márgenes de ganancias que son elevados pueden ser entre un 50% y 60%, facilidad de progreso después que se tiene conocimiento en la materia y te permite ver cosas diferentes todos los días, además, explotar su arte.
Sin embargo, al igual que otros trabajos, también tiene sus contras como conseguir financiamiento o ayudas del Gobierno y cuando se está iniciando es muy difícil acceder a empresas por la desconfianza o tal vez entienden que por el tamaño de negocio no se le va a poder suplir su demanda.
Por su lado, Martínez refiere que uno de los aspectos negativos que tiene este modelo de negocio es que la cantidad de flujo de trabajo se mantiene en variación. Otro punto que señala es que “si se quiere avanzar rápido en este tipo de negocios, necesitas invertir”.
Nueva técnica
El DTF es parecida a la sublimación. Se realiza en base a polímeros y un polvo especial que hace que se adhiera a la tela a través del planchado, mediante un proceso de calor. No obstante, diferente a la sublimación, que une la tinta a las moléculas de la tela, esta nueva técnica utiliza un adhesivo.
Pese a que esta manera de impresión podría reemplazar a la sublimación, la emprendedora, Carmen Martínez, considera que: “el DTF no ha desplazado la sublimación, mejor ha ayudado a esta técnica”.
Se caracteriza porque permite trabajar sobre cualquier color y tipo de tela. La duración del proceso puede ser entre 20 a 25 minutos debido a que ocupa mayor tiempo para imprimir y su secado.
Ventas
De acuerdo con el MICM, la región de América Latina y el Caribe exportó al mundo US$746.8 millones por concepto de edición, grabación e impresión, lo que representó el 2.0% del comercio mundial de este producto en 2021.
República Dominicana se posiciona como uno de los principales exportadores de estos productos en el Caribe, solo superado por Bahamas y Trinidad y Tobago. Las ventas al comercio internacional de productos dominicanos promediaron US$5.2 millones durante el período 2012-2022, con una tasa de crecimiento promedio del 10.5%.