Hablar de inclusión en el sector bancario es hacer referencia a las empresas de tecnologías financieras (fintech), que, debido al auge de la digitalización muestran un desarrollo significativo en los últimos años.
Entre 2017 y 2021, las fintech en América Latina crecieron un 253%, al pasar de 703 a 2,482 empresas. En términos absolutos significa 1,779 nuevos negocios, de acuerdo con el informe “La industria fintech en América Latina, retos y oportunidades”.
El estudio, elaborado por Deloitte, destaca que Brasil, México, Colombia, Argentina y Chile son las naciones que concentran el 81% de estas empresas en la región de América Latina y el Caribe. Sin embargo, en República Dominicana el panorama dista del promedio de la región, ya que representa el 2.3% de las fintech de la región, es decir, 57 empresas del total. En menor cantidad, se ubican Guatemala (1.3%), Perú y Uruguay (1.4%).
El 27.5% de estas empresas basan sus operaciones en medios de pago y transferencias, 21.2% en préstamos, 5.7% criptomonedas y blockchain y 3.3% bancos digitales.
Ante esta situación, el informe señala que los bancos digitales tienen el potencial de débito y crédito otorgados de forma digital, lo que disminuirá el tiempo de traslado y de atención al cliente en las sucursales de intermediación financiera.
Pero, además, asegura que “el sector podría crecer gracias a los efectos de la pandemia sobre los pagos en efectivo y el auge del comercio electrónico en los medios de pago y transferencias”.
La multinacional indica que dependiendo del consumidor será la oferta de servicios fintech, siendo del 16% de los bancos digitales en América Latina que se enfocan en la población no bancarizada.
En tanto, las criptomonedas es un mercado compuesto por jóvenes de clase media con acceso a tecnologías y “personas en países económicamente inestables”. Entre 2021 y 2022, Deloitte señala que las monedas digitales movilizaron US$562,000 millones. Pero, el 2.2% de las remesas se transó en criptomonedas en 2020, lo que equivale a US$2,3000 millones.
Sin embargo, los servicios financieros no tradicionales se enfrentan a la ciberseguridad, baja integración regional y acceso limitado a capital de riesgo en la región, por lo que Deloitte sugiere “los emprendimientos deben contar con protocolos de ciberseguridad y prevención de fraude”, de hecho, añade, que la obtención de capital de riesgo es importante para garantizar el éxito de las “startups”.