El Banco Central (BCRD) ha informado que el índice de precios al consumidor (IPC) experimentó una variación mensual de 0.52% en agosto de 2023 y que se ubicó en 4.27% anualizado. Esta es una excelente noticia, ya que reafirma lo que las autoridades han pronosticado: que la inflación cerrará el año en torno al rango meta de 4% +/- 1%.
Esto es importante que suceda porque un alza en los precios afectará aún más la economía de los que menos pueden, es decir, de aquellos cuyo nivel adquisitivo sufrió más tras la escalada de precios producto de las medidas de restricción monetaria adoptadas por los bancos centrales luego de la expansión que ellos mismos impulsaron.
Estos últimos tres años, contando el 2020, ha sido de verdadera prueba de resistencia de las economías, principalmente de aquellas que no poseen la capacidad de resistir “sin aire” por mucho tiempo.
República Dominicana, por suerte o por decisión de las autoridades, ha salido bien. No se puede negar que la inflación ha sido la parte negativa en todo este tiempo, pero también es justo reconocer que la estabilidad macroeconómica jamás ha estado en dudas. Un factor fundamental aquí es la confianza que generan las autoridades a través de sus ejecutorias.
Las dos áreas de la gestión pública: la fiscal y la monetaria, han sido gestionadas con eficiencia y eficacia. La administración de la deuda, que, por supuesto ha subido en términos nominales, ha sido reconocida por organismos internacionales, logrando, incluso, una mejoría en la clasificación de riesgo país.
Tal y como lo reportan las autoridades monetarias, que es la otra parte que debe ofrecer certidumbre a los agentes económicos, la inflación interanual se encuentra entre las más bajas de los países de América Latina, siendo República Dominicana de las primeras economías de la región en lograr disminuir la variación del IPC y ubicarse dentro del rango meta de inflación.
Destacable es además, según el informe del Banco Central, es que la inflación subyacente interanual, indicador que proporciona señales más claras para la conducción de la política monetaria, debido a que excluye algunos artículos que normalmente no responden a las condiciones monetarias o de liquidez en la economía, como son los alimentos con gran variabilidad en sus precios, los combustibles y servicios con precios regulados como la tarifa eléctrica, el transporte, además de las bebidas alcohólicas y el tabaco, se colocó en 4.82% en agosto 2023, situándose también dentro del rango meta.
En este contexto de reducción de la inflación y una economía que da pasos lentos hacia la recuperación, por lo cual fue necesario revisar la previsión de crecimiento a 3.0% para este año, el Banco Central puntualizó que este resultado abre los espacios, de ser necesario, para continuar con la implementación del plan de estímulo monetario autorizado por la Junta Monetaria, que busca propiciar una disminución de las tasas de interés bancarias y contribuir a la expansión del crédito al sector privado.