[dropcap]L[/dropcap]a producción agropecuaria en República Dominicana muestra sus avances con la creación de nuevas técnicas de sembrado, desarrollo tecnológico para ayudar la fortaleza de los cultivos y la mejora en semillas de productos que conforman la canasta básica, como el arroz y la habichuela.
Las instituciones que conforman el Sistema Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Siniaf) han contribuido, a través de sus estudios, al mejoramiento de semillas de arroz, habichuelas, maíz y guandul, entre otros cultivos, haciéndolos resistentes a plagas y más productivos.
El Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf), integrante del Siniaf, ha liberado cinco tipos de arroz, seis de habichuelas y dos de guandul y maíz. Mientras que el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Coniaf), entidad rectora del Sistema de Investigaciones, ha desarrollado tecnologías para la siembra y conservación.
Sin embargo, Juan Chávez, director del Coniaf, critica que el país pasara de ser líder en la región en producción de semillas mejoradas a ser importador, debido, según expone, a que se está descapitalizando el Sistema Nacional de Investigaciones.
“Nosotros estamos dejando de producir semillas mejoradas. El Idiaf estaba produciendo semillas, siempre había semillas, estábamos fuerte y eso ha mermado. No hay semillas casi en el país. No sé si es la intención, pero verdaderamente estamos en problemas”, advierte Chávez.
La merma en la producción de semillas localmente adaptadas puede traer consigo que República Dominicana caiga en riesgo de seguridad alimentaria, de acuerdo al experto, ya que ésta dependerá de la producción agrícola del país.
“Estamos teniendo problemas, no se nota, nosotros si nos damos cuenta. Ha habido un bloqueo extraordinario en la producción de semilla. El Idiaf no está sacando nuevas semillas de arroz”, denuncia el también director del Siniaf.
Variedades de semillas
Las cinco variedades de arroz liberadas por el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales son: “Idiaf-1, 2 y 3” y “Juma-66 y 67”, pero las más sembradas por los productores son: Prosequisa 4 y 5, Juma 57 y 67, Idiaf-1, Jaragua, Yocahu, Puita, Cristal 100 y Esmeralda, según un documento del Ministerio de Agricultura.
Las semillas mejoradas deben pasarse al Ministerio, para su reproducción. Sin embargo, Juan Chávez afirma que son variedades que en su mayoría se dejan perder.
“Se está perdiendo el material básico. ¿Qué se hace? Yo no sé. Puede ser que estén guardadas (las semillas), pero no tengo idea de lo que se hace con eso. Hay una falta de voluntad del Ministerio”, asegura.
Reformas al sector agrícola
Mientras que para el director del Idiaf, Rafael Pérez Duvergé, es necesario reformar el sistema, incrementar la inversión en investigación y la transferencia de tecnología a niveles equiparables con lo que hacen otros países de América Latina.
“Todavía estamos muy por debajo, tenemos una subinversión en todo lo que tiene que ver con desarrollo tecnológico. (Hay que) fortalecer la capacidad de recursos humanos, para incorporar sangre nueva y formar nuevos profesionales. Y mejorar toda la infraestructura de servicios, de laboratorio, modernizar esas capacidades que tenemos, que ya están resultando obsoletas”, cita como parte de los desafíos del sector.
No obstante, Pérez Duvergé destaca los avances que se han realizado en algunos cultivos y en áreas como la ganadería. Explica que las nuevas variedades que se desarrollan tienen tolerancia a plagas y buscan elevar los niveles de productividad.
“Lo que tiene que ver en cultivos de importancia para la seguridad alimentaria, como el arroz, las habichuelas, plátanos y bananos, la yuca y la batata, es innegable que se han logrado incorporar nuevos avances en todo lo que tiene que ver con nuevas y mejores variedades”, indica.
Además, sostiene que el gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, ha estado apoyando iniciativas encaminadas a mejorar la tecnología en el sector pecuario, para elevar los niveles de productividad, mediante el uso de nuevos sistemas de producción, manejo de pastura y nuevas especies de forraje.
Ley de Semillas
República Dominicana cuenta con una Ley de Semillas, la cual data de 1971, y establece un sistema de producción, procesamiento y comercio de las mismas. Mediante la norma se creó el Departamento de Semillas, que funciona como una dependencia de la entonces Secretaría de Agricultura, hoy Ministerio.
La Ley 231, aún vigente, ordena a dicho departamento, entre otras cosas, controlar, promover y dirigir el uso de cualquier semilla destinada al desarrollo de programas de fomento agrícola en el país y coordinar con los investigadores y productores los programas de producción, distribución y comercio de éstas.
En su artículo 28 establece que los organismos estatales y aquellos en que el Estado tenga participación deberán dar preferencia al uso de semillas certificadas, de procedencia nacional, en sus operaciones, tanto comerciales como crediticias, de fomento o cualquier otra índole. Para el director del Siniaf la actual ley es una “locura”, y asegura que la misma queda perfecta para semillas certificadas.