El Gobierno de Italia revisó este miércoles a la baja su previsión de crecimiento para el 2023, con un aumento del producto interior bruto (PIB) del 0.8%, dos décimas menos que lo estimado en abril, mientras elabora sus próximos presupuestos generales.
“Hemos actualizado el cuadro macreoconómico en relación al impacto de dos factores principalmente: la política monetaria restrictiva y las consecuencias del conflicto en Ucrania”, explicó en una rueda de prensa el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti.
El Consejo de Ministros de Giorgia Meloni aprobó hoy la Nota de Actualización del Documento de Economía y Financia (NADEF), un informe con previsiones macroeconómicas en base al cual se realizan los Presupuestos.
En primer lugar, el texto prevé una reducción a la baja en las estimaciones del PIB. La economía italiana crecerá en 2023 un 0.8%, y no el 1% previsto en abril, mientras que en 2024 se ha fijado ne el 1.2%, frente al 1.5% vaticinado previamente.
Asimismo, en cuanto a los objetivos de finanzas públicas, el déficit aumentará al 5.3% en 2023 y se prevé que lo haga al 4.3% en 2024, mientras que la deuda pública para 2024 estará fijada en el 140.1%, ilustró Giorgetti.
La primera ministra ultraderechista afirmó en un comunicado en sus redes sociales que están “trabajando en una maniobra económica basada en la seriedad y el sentido común”.
El objetivo, dijo, es mantener los compromisos adquiridos: “basta con los derroches del pasado, todos los recursos disponibles destinados a apoyar las rentas más bajas, reducir impuestos y ayudar a las familias”, dijo.
El ministro de Empresas y “Made in Italy”, Adolfo Urso, avanzó esta tarde esta revisión por “responsabilidad”.
“En la NADEF que aprobaremos hoy hemos tenido que revisar la estimación de crecimiento para este año al 0.8% y también la del año que viene porque este es un Gobierno responsable y pragmático”, afirmó ante la asamblea de la organización de gasolineros FAIB.
Urso defendió que “la primera cuestión es mantener sostenible una deuda pública tan elevada”.
El 11 de septiembre la Comisión Europea recortó las previsiones de crecimiento de Italia al 0.9%, frente al 1.2 vaticinado en mayo, en medio de un revisión casi generalizada debido principalmente al frenazo de la actividad en Alemania, uno de sus motores económicos.
La NADEF deberá ser aprobada en el Parlamento italiano y servirá para elaborar la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el 2024, cuyo plan deberá ser remitido a la Comisión Europea antes del 15 de octubre y aprobar las cuentas antes de acabar el año.
El ministro de Economía recientemente avisó que “no se podrá hacer de todo” y que las prioridades serán actuar contra la inflación y en protección de las rentas medio-bajas.