[dropcap]D[/dropcap]esde hace más de 30 años, Quirilio Vilorio colecciona autos clásicos, modelos destacados en su época por su carrocería, diseño y color. En su garaje, un Ford Fairlane 500 convertible del año 1959 estaba guardado con una lona para protegerlo de aquel lugar polvoriento y húmedo.
Fue ese mismo vehículo el que apareció en varias escenas de la película El Teniente Amado, conducido por Luisa Gil, (Mercedes Renard), la novia de Amado García Guerrero, junto a otros más que pertenecen al Club de Autos Antiguos y Clásicos de República Dominicana (CAACR), creado en 1999 por un grupo de amigos que preservan la historia automotriz con reliquias que sobrepasan los 35 años de existencia.
Vilorio, quien también es coordinador de eventos del club, dice que coleccionar este tipo de vehículos no es tan fácil por el mantenimiento que demandan, pues para que no pierdan valor hay que comprarles piezas originales en otros países, aunque hay industrias que ya fabrican estos autos como réplicas.
“Mientras más pasan los años y el carro sigue intacto con sus piezas de fábrica (a excepción de algunos arreglos que por obligación hay que hacerle), su valor es mayor. Los frenos, las bujías y la suspensión son los principales defectos que hay que arreglarles, pero como son carros que no se usan mucho, pues no se dañan, aunque tienen la particularidad de que si se dejan parqueados por mucho tiempo presentan fallos, así que, su mantenimiento debe ser muy constante”, indica Vilorio.
Augusto Rodríguez, presidente de CAACR, explicó a elDinero que el club tiene cerca de 48 miembros y que el 70% de los socios tienen más de un vehículo clásico.
“La mayoría de los miembros consiguen estos carros en garajes abandonados por viudas que han descuidado su mantenimiento, herencias de generación en generación o han ido a comprarlos a otros países”, dice.
Destaca que la participación de los autos clásicos en películas, videos y sesiones de fotos también es un negocio que genera dinero y cubre los gastos de su propio mantenimiento.
Añade que “los dueños hacen un contrato aventajado cobrando por tiempo, traslado y uso, aunque en muy pocas excepciones, son ellos mismos quienes prefieren conducirlos”.
Costos
Si se hace una comparativa de precios entre el ayer y hoy, estas reliquias podrían valer el doble o casi lo mismo de lo que vale un vehículo de la misma marca, pero años más recientes. Por ejemplo, si se comprara un Ford Mustang de 1957, que según Vilorio ronda los US$30,000 por su condición, otro de 2016, modelo V6 Fastback le quedaría por debajo con US$24,645 que es el precio comercial que tiene.
Autos clásicos, la mejor inversión
Algunos expertos en temas económicos han recomendado reiteradas veces que los autos antiguos son una inversión que protege los ahorros de la familia a largo plazo, indicando que es mejor comprar reliquias en vez de carros modernos que al cabo de unos años pierden valor.
De acuerdo a un informe de la consultora británica Knight Frank, en su Índice de inversiones de lujo en 2015, los autos clásicos incrementan su valor un 28% después del primer año desde su compra, un 115% en un plazo de unos cinco años y hasta un 430% después de los 10 años.